
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Tal y como lo habían advertido diversos sindicatos y asociaciones, la ciudad de Morelia amaneció atrapada entre bloqueos, tráfico y ciudadanos que, con resignación o enojo, tuvieron que bajarse de las unidades del transporte público para continuar su camino a pie.
En el transcurso de esta mañana, entre la molestia y pasos apurados, surgieron historias que reflejan el impacto cotidiano de una jornada como esta. La señora Magdalena, por ejemplo, comentó para MiMorelia.com que venía desde la colonia Prados Verdes y, aunque alcanzó una combi que la dejó cerca del Palacio de Justicia, sabía que el resto del trayecto sería a pie.
Unos pasos más adelante, la señora Viri avanzaba a paso acelerado con sus dos hijos. La decisión de no llevarlos a clases fue, para ella, una forma de evitar un estrés mayor.
En medio del movimiento, también hubo espacio para la empatía. Erick, un joven que caminaba con prisa, reconoció el impacto de las manifestaciones en la movilidad, pero también la legitimidad de las demandas.
Mientras tanto, don Hermilio, con paso más lento, relató que había salido caminando desde la zona de la Harinera, y durante su trayecto, observó a personas que, incluso corriendo, intentaban no llegar tarde.
Al referirse a los bloqueos, comentó también que muchos de los manifestantes no eran maestros, y lamentó que el transporte público se sumara a la protesta, dificultando aún más la movilidad.
Por último, la señora Rocío, molesta por la situación, hizo un llamado directo a las autoridades para que den solución a los manifestantes, insistiendo en que, pese a los bloqueos, el día laboral no se detiene.
Así, entre testimonios, pasos forzados y conductores molestos buscando rutas alternas, Morelia se enfrasca en otra jornada marcada por manifestaciones, pero también por la resistencia de la ciudadanía que, pese al caos, continúa con su día.
RPO