

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La magia navideña también se hornea. Desde esta semana, Cuixi Panificadora anunció el regreso de sus famosos panes navideños con forma de personajes, entre ellos el ya clásico "Conchaclos", el Grinch, Jack Skellington, muñecos de nieve y la rosca especial de Reyes Magos.
Las piezas, hechas con pan tipo concha, están cuidadosamente decoradas a mano y se han vuelto virales en redes sociales por su originalidad y ternura.
A partir del 1 de diciembre, la panadería también comenzará a tomar pedidos especiales para entregar en enero, cuando las tradicionales roscas de reyes temáticas se sumen al menú.
Según informó la panificadora en su página oficial, los personajes navideños estarán disponibles diariamente después de las 4:00 de la tarde, sujetos a disponibilidad.
Estas piezas no solo son un detalle perfecto para regalar, sino que también forman parte de una tendencia local que celebra la temporada con creatividad, sabor y un toque artesanal que distingue a los emprendedores de Morelia.
En México, pocas cosas son tan entrañables como una concha calientita acompañada de café o chocolate. Este pan, que se ha convertido en símbolo del desayuno y la merienda nacional, tiene una historia que mezcla influencias europeas con el ingenio mexicano.
Aunque muchas personas piensan que la concha es parte de la herencia prehispánica, en realidad su origen se remonta a la llegada del trigo y las técnicas de panificación europeas durante la época colonial. Fue en los siglos XVIII y XIX cuando panaderos franceses, españoles e italianos introdujeron recetas como el brioche, que servirían de base para muchos panes dulces mexicanos.
La concha, en particular, toma su nombre por la forma de la cobertura que la adorna: una pasta dulce con estrías que imita la textura de una concha marina. Esta característica no solo le da su nombre, sino que también la distingue visual y sensorialmente del resto de los panes.
El pan se compone de una masa suave, enriquecida con mantequilla o manteca, y una cobertura crujiente de azúcar, que puede ser blanca (vainilla) o marrón (chocolate). Con el tiempo, han surgido versiones de sabores como fresa, matcha, mazapán o incluso rellenas, reflejando la creatividad panadera del país.
Durante el siglo XX, la concha se popularizó en cafeterías, fondas y hogares, convirtiéndose en una pieza básica de la panadería mexicana. Hoy, no solo es parte del desayuno diario, sino que ha sido reinterpretada con un toque artístico, como en las versiones navideñas o temáticas que se ofrecen en ciudades como Morelia.
Más allá del sabor, la concha representa tradición, calidez y momentos compartidos. Es, sin duda, una de las joyas comestibles del patrimonio popular mexicano.
SHA