Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Volver a ser niño y disfrutar del "Ratón vaquero" en compañía de la familia, no tiene comparación y más si ese soundtrack va acompañado de un encendido magistral, el de la magnífica Catedral de Morelia que desde su edificación ha sido símbolo de la identidad de la Nueva Valladolid.
Miles de morelianos y visitantes disfrutaron del espectáculo de luces y sonido, como los egresados de Bioquímica del Instituto Tecnológico de Morelia, quienes se tomaron la foto para guardar en la memoria, la escena sin igual, que sucedía a sus espaldas.
También estaban aquí abuelos acompañados de sus hijos y nietos y mamás primerizas cargando a sus tesoros en portabebés.
El estrés cotidiano se borró con la melodía que ha acompañado a múltiples generaciones desde su lanzamiento en 1963, autoría de José Gabilondo Soler.
Y en este ambiente de armonía, propios y extraños se hicieron uno mismo.
"Cosas como está hacen que valga la pena el viaje", dijo uno de los visitantes, mientras los globeros y vendedores de juguetes recibían algo de recompensa por su labor.
Aún permanecía algunos vendedores de papas y churritos en las esquinas cercanas a Plaza Valladolid, un local que vende elotes y vasolotes y una que otra zapatería.
Algunas familias llevaban a sus hijos a pasear; otros incluso en silla de ruedas o con sus bastones, y el tiempo se detuvo unos segundos, en lo que se escuchaba, "el ratón vaquero tiró dos balazos" pues los cohetes sincronizaron el sonido, lo que causó emoción.
Y así, con toda la energía de la infancia, el espectáculo continuó.
mrh
