Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- El crecimiento demográfico, la falta de espacios urbanos y el cambio de idiosincrasia son algunos de los motivos que han ocasionado que Morelia comience a registrar un incremento en la construcción de edificios de departamentos, también conocida como vivienda vertical. El reto para las autoridades será modernizar los reglamentos municipales de construcción para garantizar que este desarrollo sea ordenado.
La titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Movilidad del Gobierno Municipal y ex titular del Instituto Municipal de Planeación de Morelia, Johanna Moreno Manzo, destaca que desde hace algunos años se ha registrado un incremento en la construcción de vivienda vertical, aunque todavía representa un porcentaje mínimo del total de viviendas que hay en la capital michoacana. De cualquier forma, adelanta que ya existen reglamentos que regulan la edificación de departamentos.
“En el Censo del 2020, el INEGI nos da un dato de cómo vive la gente en la ciudad. Solo el 5.6 por ciento de las personas en Morelia dijeron vivir en un departamento, en un edificio de más de tres niveles ¿esto qué quiere decir? Que más del 90 por ciento seguimos viviendo en casas, quizá en un dúplex, pero no en un edificio de más de cuatro o cinco niveles”.
La funcionaria municipal explica que el Reglamento de Instrumentación del Programa Municipal de Desarrollo Urbano de Morelia establece límites para la construcción de edificios de departamentos dependiendo de varios factores: la ubicación del predio, el tamaño de las calles, el número de niveles y otros factores que tienen relación directa con la ubicación del predio. De cualquier forma, dice, se requiere actualizar los reglamentos que existen, pero con el acompañamiento de la ciudadanía también para conocer y atender sus necesidades.
“El Programa desarrolló una zonificación concéntrica: parte de la zona de monumentos, parte de la catedral, después sigue una zona de amortiguamiento, una zona de transición, después sigue una zona de consolidación que es prácticamente del libramiento hacia adentro, un poco más, y después viene la zona de mejoramiento urbano y dos zonas ya de cierre y contención, por un lado, le llamado integración metropolitana que es la zona pegada a Charo y Tarímbaro y el resto se llama control del crecimiento”.
El arquitecto Rubén Flores Muñoz, coordinador de la Comisión de Obra Pública del Consejo Ciudadano de Morelia, destaca que el crecimiento vertical responde a diversos factores entre los que destaca la falta de espacios dentro de la mancha urbana; recuerda que las políticas de vivienda en años anteriores se orientaron a la construcción de casas y fraccionamientos a las afueras de las ciudades, que se les conoció como “ciudades dormitorio” que generaron muchos problemas a quienes las habitaban.
Por ello, el crecimiento vertical se ha convertido en una respuesta natural a la necesidad de vivienda, pero al interior de los núcleos urbanos que permiten, a quienes los habitan, tener en muchas ocasiones una mejor calidad de vida.
“De las ventajas de poder tener una vivienda vertical, se trata hasta donde sea posible, de tener en las partes bajas, cuando no es solo vivienda, servicios y comercios, de manera que las personas que ahí viven no tengan que desplazarse al centro de la ciudad o a los lugares donde puedan proveerse de ellos requieren y la movilidad dentro de la mancha urbana se hace más fácil (…) otra ventaja es que se puede utilizar la infraestructura ya existente porque no es lo mismo llevar a fraccionamientos alejados de la mancha urbana los servicios de agua, drenaje, electrificación, alumbrado, etcétera que poder utilizar la infraestructura que ya existe”.
Sin embargo, con la construcción de vivienda vertical se generan algunos problemas que afectan el espacio urbano y pueden, si no se atienden con precisión, crear también conflictos de convivencia. Uno de las mayores preocupaciones tiene relación con la prestación de servicios públicos, específicamente de agua potable.
Otra de las preocupaciones, reconocen ambos analistas, está en el número de vehículos que poseen actualmente las familias que pueden resultar demasiados para la capacidad de resguardo de las edificaciones verticales. Ante este problema, se tendría que regular el uso del espacio público advierte Moreno.
Ambos analistas, entrevistados en el programa radiofónico En Contexto. Abriendo la conversación en Michoacán que se transmite de lunes a viernes por el 105.1 de fm de 16:00 a 17:00 horas, reconocen también que la vivienda vertical no es para todas las personas, al menos por el momento porque pueden representar un reto sobre todo para las personas de la tercera edad o con alguna discapacidad por la falta de elevadores.
Moreno Manzo explica que la reglamentación establece que los edificios hasta de cinco niveles pueden construirse sin elevador, lo cual puede desincentivar a algunas personas a vivir en los niveles más altos. La tendencia, dice la funcionaria, es cambiar que se incluyan elevadores de carga o personas en todos los edificios incluso los que tengan menos de cinco pisos.
También, dijo Flores Muñoz, se ha delineado un perfil de quienes prefieren habitar en viviendas verticales: principalmente jóvenes, mujeres, profesionistas y con ingresos superiores a los 8 mil pesos.
mrh
