
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- El Día de las Madres es una fecha de celebración en muchos hogares, un momento para abrazar, agradecer y compartir. Pero también es, para muchos, un día envuelto en nostalgia, donde el recuerdo de quien dio la vida se convierte en tristeza que se sublima a través de lágrimas.
Uno de los lugares que más visitantes reciben en esta fecha son los panteones, uno de ellos el Panteón Municipal de Morelia. Desde muy temprano, familias enteras comienzan a llegar, cargando cubetas, escobas, trapos, flores frescas y, sobre todo, recuerdos.
Entre esas visitas está la señora Refugio, quien limpia con delicadeza la tumba de su madre, la señora Josefina, quien falleció hace siete años. Con la voz entrecortada y los ojos con lágrimas a punto de salir, compartió en entrevista para MiMorelia.com un poco de lo mucho que su madre le dejó.
“Hay muchísimos recuerdos que tengo de ella, ella trató de educarnos a su forma, nos dio buenos principios y valores sobre todo, siento que eso es lo más importante porque valores ya casi no hay. A veces uno no las entendía mucho, pero ya cuando una es madre, es cuando sabemos que nos guiaban por el camino del bien”, puntualizó.
Unos pasos más adelante, el señor Salvador, quien arreglaba con sumo cuidado las flores que colocaría en los floreros junto a la tumba de su madre, la señora Manuela Sánchez —quien partió hace más de una década—, externó lo siguiente:
“Hay muchos recuerdos de ella, pero lo que nos dejó fue la unión entre la familia, mi madrecita siempre nos reunía, eso era lo importante: la unión y recordar a nuestros seres queridos como ella nos decía, apoyarnos y el buen comportamiento entre toda la familia”, destacó.
Para él, este tipo de fechas no solo son para honrar la memoria, sino también para transmitirla a las nuevas generaciones. Pues destacó que muchos niños de la familia no llegaron a conocer a la señora Manuela, pero disfrutan escuchar las anécdotas y los buenos recuerdos que se comparten en cada reunión.
“Los seres humanos a veces nos ocupamos de muchas cosas, pero yo les recomendaría que si tienen a su mami no la olviden, que disfruten en vida lo que Dios nos provee, no dejen de ver a su mami, visítenla porque cuando uno ya no la tiene, quisiera tenerla. Hoy su casa se quedó solita y ahorita en este día sí se viene el sentimiento”, expresó conmovido.
Adicionalmente, la señora Marta, quien llegó al panteón acompañada de su hermana, comparte que visitan a su madre que falleció hace ya trece años. Y aunque acostumbran ir cada dos meses, este Día de las Madres madrugaron un poco más para cumplir con la tradición que las une año tras año.
“Venimos aquí a recordar como todos los años, es la tradición por el amor que le tuvimos a nuestra madre. Recuerdos tenemos muchos, pero sobre todo nos dejó la esencia, eso es lo más importante, su cariño”, destacó.
Antes de retirarse, la señora Marta dejó un mensaje para quienes aún tienen a su madre: “Véanla en vida, que todo sea en vida. Como dice ese poema muy famoso: ‘ya no llenes de tumbas flores, sino de amor corazones’”, concluyó.
Conforme avanza la mañana, el Panteón Municipal se llena poco a poco. Cada familia honra a su manera a sus madres, abuelas, tías o a cualquier mujer que cumplió con ese noble papel. Algunos llevan músicos que entonan las canciones favoritas de las difuntas; otros, tras limpiar y colocar flores, rezan en silencio.
Hay quienes incluso llevan comida para compartir entre los miembros de la familia. Otros prefieren el silencio, sentados junto a la lápida, dejando que alguna lágrima escape, porque este día no solo es de celebración, sino también de memoria.
Porque aunque ellas ya no estén físicamente, sus enseñanzas, su amor y su legado siguen vivos, marcando el rumbo de quienes las recuerdan con el corazón.
AML