Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Roberto Ramírez Robledo, mejor conocido como Don Rober, ha dedicado más de 20 años de su vida a perfeccionar el arte del chocolate en uno de los establecimientos más populares de la capital michoacana.
Su trayecto no comenzó entre cacaoteros ni molinos, sino en otras actividades, pero su vocación lo llevó a encontrar su pasión en el mundo del chocolate, empezando desde abajo como empleado general hasta llegar a ser el respetado maestro chocolatero que al día de hoy es el responsable de la bebida que puedes degustar en la cerrada de San Agustín y sus otras sucursales.
A lo largo de su carrera, Don Rober, como suelen llamarle de cariño, ha dominado cada paso del proceso artesanal del chocolate: desde el tostado y quebrado del cacao, hasta el molido y vaciado en moldes para crear las icónicas tablillas y barras que tanto caracterizan a este establecimiento. Además de sus productos tradicionales, han ampliado la oferta a otros derivados del chocolate, siempre conservando la esencia artesanal transmitida por generaciones de chocolateros michoacanos, aprendizaje replicado de Oaxaca, de donde viene la técnica aplicada.
La popularidad del chocolate que ofrecen en este lugar ha trascendido el paladar de los locales y se ha ganado un lugar entre los eventos más importantes de la ciudad, como el Festival Internacional de Cine de Morelia, que cada octubre atrae a artistas de talla nacional e internacional. Entre estos visitantes, Don Rober recuerda con especial orgullo la presencia del actor Damián Alcázar, sabiendo que fue él quien preparó el chocolate que seguramente disfrutó el artista.
Hoy en día cuentan con varias sucursales, pero su esencia sigue siendo la misma: un rincón de tradición y sabor que ha perdurado gracias al trabajo de personas como Don Rober, quienes, a través del chocolate, han sabido transmitir el alma de Morelia a cada sorbo.
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