Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- SIRUKI EDUCACIÓN AMBIENTAL, A.C. es una asociación conformada por biólogos y educadores que busca reconectar a la sociedad con la naturaleza de Morelia, principalmente las aves, insectos y plantas. A través de diversos proyectos comparte sus conocimientos sobre la biodiversidad para fomentar su cuidado y respeto, así como generar conciencia de las problemáticas ambientales que aquejan al entorno.
En entrevista, Morelia Amante Calderón, bióloga egresada de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, maestra en educación ambiental, y directora de SIRUKI, compartió la historia de la asociación, sus principales actividades y la importancia de interesarse en las diferentes formas de vida con las que convivimos día a día.
¿Nos podrías contar la historia de SIRUKI EDUCACIÓN AMBIENTAL, A.C.?
Trabajé más de diez años en una escuela en Morelia, coordinando la parte de educación ambiental, y fue muy bueno, aprendí mucho. Después me dieron ganas de compartir todo ese aprendizaje y todo lo que tiene que ver con los árboles, las plantas y la biodiversidad de la ciudad con más gente.
Renuncié y me fui a trabajar en el Cerro del Punhuato durante un año y medio. Ahí con una amiga con quien laboré, dijimos: “sería bien padre compartir con mucha gente lo que está ocurriendo aquí en el cerro, que está bonito, que hay muchos árboles nativos”. Entonces se nos ocurrió la idea de hacer la asociación.
Al final fuimos tres los fundadores: mi compañera María de la Paz, Adrián y yo. Formalmente SIRUKI EDUCACIÓN AMBIENTAL, A.C. surgió en el año 2014 y el nombre es muy interesante, porque es una palabra purépecha que significa hormiga. Justo lo pusimos porque Paz y yo coincidimos en la facultad, y siempre nos veían muy activas y los maestros decían: “¡Ay!, ese par de hormiguitas, siempre andan haciendo cosas”.
El eslogan es “Acciones pequeñas, grandes cambios”, porque lo que nos gusta de las hormigas es su constancia, organizadas y trabajadoras. Somos muy poquitos, todos damos trabajo voluntario, la mayoría son profesores y yo tengo algunos proyectos independientes; es nuestra plataforma de hacer cosas que nos gusta compartir con la gente.
Nuestros espacios de trabajo son todas las áreas verdes de la ciudad e instituciones. Por supuesto, se tramitan permisos para poder ingresar, como en la Universidad Latina de América, el bosque Lázaro Cárdenas, el bosque Cuauhtémoc y el Zoológico de Morelia.
¿A qué se dedica esta asociación?
Buscamos que la ciudadanía conozca y valore la biodiversidad que está aquí, porque a veces si tú le preguntas a alguien “¿qué árboles conoces?”, puede decir: “ah, pues mi abuelita tiene un limón, o un guayabo, o un mango”, casi siempre son especies introducidas. Lo que ocurre es que no conocemos o no nos hemos acercado a ubicar especies nativas, como la Pochota, el Papelillo, el Tepame, la Parotilla, esos son nombres de árboles de Morelia.
¿Y por qué no las conocemos? Pienso que la razón es que hay una distancia y desconexión con la biodiversidad de la ciudad. Parte de nuestra misión es promover y sensibilizar a la gente que se reencuentre con la naturaleza. De la mano podemos platicar sobre temas como la composta, la separación de residuos o de las aves, para hacer a los ciudadanos conscientes y educados ambientalmente.
A veces no hemos encontrado nuestras razones para actuar a favor de la naturaleza, porque me he dado cuenta de que muchas personas no han tenido la oportunidad de estar en áreas verdes, o quizás alguien creció desde niño o niña en edificios, sin acceso a la naturaleza.
¿Cuáles son sus principales actividades?
El proyecto “Valorando la Biodiversidad de la Ciudad” es una de las actividades que más recuerda la gente cuando ha estado con nosotros. Son recorridos de observación de aves y de interpretación ambiental en áreas verdes. Es el más exitoso, porque hemos realizado por lo menos 60 recorridos a lo largo de este tiempo.
Para quien acude con nosotros a un recorrido, buscamos que sea la experiencia tan agradable, que se quede con ganas de más, como llevar después a su familia o amigos. Nos interesa que el público que atendemos se convierta en multiplicador de la experiencia, para que así poco a poco se haga una cultura de la observación de aves en libertad, porque en México el rechazo a la fauna silvestre sigue siendo un reto.
“SIRUKI en el aula”, implementado antes de la pandemia por Covid-19, consistía en acudir a las escuelas para dar talleres acerca de insectos, aves y plantas medicinales. Algo que nos distingue es que llevamos ejemplares en vivo. Por ejemplo, hacemos un cuento sobre el ciclo de la mariposa Monarca y después los estudiantes pueden verlo en una mesa de observación.
Está el proyecto “Asesorando en la ciudad”, el cual lo hacemos con nuestras páginas de Facebook, Instagram y Twitter. Ahí nos escriben: “oye, encontré esta ave, ¿quién es?”, es como un tipo de asesoría, de explicarles: “es una ave migratoria de invierno, de verano, etc.”. También contamos con un podcast llamado “Antena SIRUKI”, cuyos audios son gratuitos y hablan sobre la separación de residuos y de algunas celebraciones ambientales.
Otro es “Asesorando profesores”, ya que muy al principio intervenimos en eventos de educadores, foros regionales, conferencias y dimos alguna capacitación en el Museo de Historia Natural. Es exclusivamente para guiar a profesores en la integración de la educación ambiental en sus actividades.
Vamos a lanzar un taller para hacer aves de tela, de especies que llegan a la ciudad de Morelia. La parte manual es algo que nos encanta y que nos distingue.
Y un último, que tiene que ver con la lengua de señas mexicana: “Manos y plumas”, pues nos interesa ofrecer nuestros recorridos y actividades a personas con discapacidad auditiva. Hacia allá va nuestra apuesta, ya hicimos contacto con una escuela exclusiva de estudiantes sordos, desde preescolar hasta la secundaria.
Algo que está muy cercano a que ocurra es adoptar un espacio de área verde en el Cerro del Punhuato y en la Loma de Santa María, aún seguimos en trámites. ¿Qué significa adoptarlos? Velar por que esos sitios esté en orden, visitarlos con frecuencia, poner por ejemplo una lona sobre las aves que se pueden observar. Nos da mucha emoción, porque es tener un lugar para formalizar esta comunicación de la naturaleza de Morelia.
¿Cuáles han sido sus hallazgos más sorprendentes de aves e insectos?
De las cosas más sorprendentes para mí es el águila pescadora, es preciosa, enorme, y lo que la distingue es su cara por su patrón de blanco con negro. Llegamos a verla en la Universidad Latina de América y en el Zoológico. Es una ave que viene de transición desde Alaska y Canadá, que es donde vive, y vuela en Michoacán, por eso es increíble coincidir y encontrarla.
En cuanto a insectos es la mantis religiosa, es maravillosa porque es muy sensible a los insecticidas y es un indicador de calidad ambiental. Si en tu jardín encuentras una, significa que es un jardín saludable. Cumplen una función muy importante ya que son depredadoras, carnívoras y no tienen veneno. Son controladoras naturales de plagas, pueden comerse moscas, chochos y grillos.
Creo que son dos ejemplos de las cosas que no esperas encontrar, entonces es cuando empiezas a ver la vida y con quién convives, luego pensamos que sólo estamos los humanos, no es así. En este momento cada quien está viviendo sus actividades: las aves están comiendo o están viendo en dónde descansar, las plantas están haciendo fotosíntesis, están trabajando.
¿Qué es lo que te gusta más de trabajar en esta asociación?
La creatividad, porque todo el tiempo tenemos que estar imaginando cómo compartir las cosas. Yo soy la encargada de organizar eventos, y son muy especiales porque siempre hay un antes, un durante y un después.
En el caso de las pajareadas, en el antes te damos toda una atención personal y una charla previa para que te sientas bienvenido. En el recorrido propiamente es el disfrute de la experiencia de ir observando a las aves y plantas. Y hay un después porque tenemos un grupo en WhatsApp que se ha construido con todas las personas que se han ido a pajarear con nosotros.
¿Cómo describirías la diversidad de flora y fauna de Morelia?
Tenemos una gran oportunidad de que la naturaleza sea un tema de interés para todos los sectores: turistas, gente local, escuelas y espacios verdes. A la ciudad llegan muchísimas aves migratorias de Estados Unidos y Canadá.
En el centro, hay unas letras que dicen Morelia, ¿y qué tal si en esas letras, además de poner la mariposa monarca y catrinas, pusieran aves? ¿Por qué no les hacemos más difusión? ¿Por qué el turista llega y se va sin enterarse de las maravillas que hay en nuestro espacio?
Hay un gran potencial porque afortunadamente hay áreas con vegetación nativa, como el Cerro del Punhuato, la Loma de Santa María, el Parque Industrial, la Mintzita, e incluso la Universidad Latina de América.
Todos los espacios verdes, desde el jardín de la casa hasta las flores en el balcón, son espacios buenos para la biodiversidad. A todos los niveles es importante tomar acción para que haya más áreas verdes, y digo todos los niveles porque a veces el ciudadano común no puede establecer un área protegida, pero a lo mejor tener injerencia en su colonia o en su casa.
¿Qué mensaje te gustaría compartir sobre la importancia del cuidado del ambiente?
Invitaría a que todas y todos se detengan un momento a disfrutar lo que tengan cerca de naturaleza en el lugar donde estén. Si lo que tienen es una maceta, se interesen como si fuera una amiga o un amigo. En la medida que retomemos esa curiosidad, es posible que esas sean una de las puertas de entrada para que nos interese actuar a favor de lo que me esté llamando la atención.
Podemos apostar a un cambio cultural en general, porque la desconexión con el entorno natural provoca que hagamos cosas que nos afectan, creo que sería el contrapeso de esta visión consumista que nos pega tan fuerte, y por eso estamos en las condiciones en las que estamos.
Cualquier producto que tenemos a la mano tiene un origen en la naturaleza. Entonces cuando queremos más y más, a su vez se debe estar sacando y sacando de algún espacio, de algún ecosistema o de los alimentos. En la medida que entendamos esas historias, de dónde viene lo que tengo, y lo que tengo aprovecharlo y disfrutarlo de la mejor manera, podemos hacer un cambio social muy importante.
Desde 2017, SIRUKI EDUCACIÓN AMBIENTAL A.C. forma parte del PAU (Programa de Aves Urbanas), una organización nacional que promueve la observación de aves en libertad, el cual fue creada por la CONABIO (Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad).
En Morelia cuentan con varios aliados, como el Parque Ecológico La Planta, que se ubica en Santiago Undameo y cuenta con diversas ecotecnias. También la reserva El Tocuz, localizada en Acuitzio del Canje, donde llevan a cabo trabajo de divulgación y contribuyen al monitoreo de aves.
A nivel internacional, está vinculado con las organizaciones Environment for the Americas y el Laboratorio de Cornell, de la Universidad de Cornell, ambas de Estados Unidos; y Proyecto Ambiental, de Argentina.
Además, por medio de plataformas digitales gratuitas de la CONABIO como aVerAves y Naturalista suben listados, monitoreo y fotografías de las aves que encuentran.
Si tienes interés en participar en alguna de sus actividades, estas son las formas de contactar a la asociación:
Número telefónico:
44 31 67 64 30
Redes sociales:
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