Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- En el desfile que se ha convertido en uno de los favoritos de las y los morelianos, así como de los visitantes extranjeros y nacionales, participaron más de dos mil personas que caracterizados de catrinas y catrines dieron un espectáculo vistoso para más 100 mil espectadores.
Este miércoles 1 de noviembre, la parada inició en La Fuente de Las Tarascas, recorrió avenida Madero y concluyó frente a la Catedral, templo emblemático iniciado en 1660 y terminado en 1774, con el proyecto del arquitecto italiano Vicencio Barroso de la Escayola, que ha dado realce a la capital michoacana, a la que se le ha llamado la joya de la arquitectura virreinal.
Ataviados con sus mejores galas, al estilo de la moda en tiempos de la colonia, maquillados el extremo para desafiar los límites entre la vida y la muerte, vallisoletanos dieron el sí a mostrar su orgullo.
De acuerdo con información del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, “la Catrina es un personaje creado por el pintor, ilustrador y caricaturista mexicano de Aguascalientes, José Guadalupe Posada, es la figura que más se asocia al Día de Muertos y a la muerte en general en nuestro país, siendo uno de los íconos con los que México es conocido en el mundo entero”.
La versión original de La Catrina fue un grabado en metal de dicho artista; su nombre original fue “La Calavera Garbancera”, palabra que definía a quienes renegaban de sus raíces indígenas y ya no vendían maíz sino garbanzos para agradar a los europeos dejando atrás su legado.
En la imagen, la calavera no iba vestida y solamente portaba un sombrero, como crítica a la pobreza.
En 1947 e pintor Diego Rivera retomó la imagen y la vistió elegantemente, al tiempo que la bautizó como "La Catrina" en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”.
Desde entonces se ha adoptado como un ícono de la conmemoración de la Noche de Muertos y ha sido inmortalizada en la artesanía de los alfareros de Capula, gracias a la iniciativa de Juan Torres, artista plástico que acuñó a la catrina como un símbolo que en manos de los artesanos se ha convertido en una diva que acompaña las ofrendas y la vida cotidiana de los mexicano.
AC
