
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La venta de alcohol adulterado en establecimientos no regulados representa un riesgo para la salud de los consumidores y afecta a los bares y restaurantes que operan bajo la legalidad, así lo señaló Gloria Lázaro, secretaria general de la Asociación de Bares y Restaurantes Unidos de Morelia (ABRUM), quien advirtió sobre las consecuencias de la falta de regulación en el sector.
De acuerdo con Lázaro, en Morelia hay centros de consumo que operan sin licencia ni supervisión, lo que genera un comercio desleal que impacta en la economía de los establecimientos formales.
“Hay bares y restaurantes que no pagan una licencia, algunos ni siquiera cuentan con una. Esto genera muchas irregularidades y afecta a quienes sí cumplen con la normatividad”, explicó.
Además de evitar costos como nómina, prestaciones y rentas, estos negocios ofrecen promociones de bebidas a precios extremadamente bajos, lo que pone en duda la calidad de los productos que comercializan.
“Nos afecta porque caemos en un comercio desleal donde ves promociones muy baratas y dices: ‘No me sale a ese precio’, porque nosotros pagamos todos los gastos que implica operar de manera legal”, agregó.
Más allá de la competencia desleal, la venta de alcohol adulterado representa un peligro para la salud de los clientes. La secretaria de ABRUM advirtió que algunos destilados que no cumplen con los procesos adecuados pueden tener consecuencias graves, incluso mortales.
“El mezcal, por ejemplo, es un destilado muy delicado. Si no cumple con una doble destilación, su consumo puede generar afectaciones graves, y en algunos casos, la muerte. Hay lugares donde venden shots de mezcal a 20 o 30 pesos, lo que genera incertidumbre sobre su calidad”, señaló.
Uno de los sectores más vulnerables ante esta problemática son los jóvenes y estudiantes, quienes suelen elegir lugares por la accesibilidad de los precios sin considerar los riesgos. Ante esto, Lázaro indicó que desde la asociación buscan informar a la población sobre los peligros del consumo de bebidas alcohólicas de dudosa procedencia.
Finalmente, Lázaro reconoció que los operativos de inspección son complicados debido a que muchos de estos establecimientos no están registrados.
“Para que se pueda realizar una inspección, la autoridad debe tener un registro del lugar. Si el negocio no existe en su padrón, no se puede inspeccionar”, concluyó.
RYE