
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).– En el corazón de Michoacán, se encuentra Tócuaro, en el municipio de Erongarícuaro, donde la tradición se plasma en madera, en formas y colores que dan vida a las máscaras más emblemáticas del estado.
Con cada una de sus piezas, talladas y pintadas a mano, no son solo obras artesanales: son fragmentos de historias que han pasado de padres a hijos, conservando los secretos y técnicas que transforman la madera en expresiones que hipnotizan.
Estas piezas representan dioses, animales o fuerzas de la naturaleza.
Llegan a estar presentes en danzas tradicionales de Michoacán; como la de los Cúrpites, Los Enguangochados de Janitzio, Los Negros de Uruapan y la célebre Danza de los Viejitos, donde cada máscara completa la alegoría.
Hechas de forma 100% artesanal, pueden tardar desde una semana hasta varios meses en elaborarse, sobre todo cuando se destinan a concursos o exposiciones internacionales.
Más que objetos, las máscaras de Tócuaro son identidad y herencia: un arte que preserva la tradición y proyecta a Michoacán como “El Alma de México”.
BCT