Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Entre 2018 y lo que va del 2022 en Michoacán han sido localizados 122 depósitos ilegales, comúnmente llamados fosas clandestinas, en los cuales autoridades encontraron 230 cadáveres de hombres y mujeres, además de restos óseos y osamentas, según información proporcionada por la Fiscalía General del Estado (FGE).
Este fin de semana, la FGE atendió a integrantes del colectivo de búsqueda de personas "Una Promesa por Cumplir", procedente del estado de Guanajuato, derivado de lo cual se recabaron 12 muestras biológicas de ADN a igual número de personas, información que será confrontada con una base de datos a fin de encontrar coincidencias.
Además, se realizó la proyección de más de mil fotografías correspondientes a cadáveres ingresados al Servicio Médico Forense, que no han sido identificados.
Pedro Gutiérrez Gutiérrez, coordinador general de Servicios Periciales, explicó que mediante dicha exposición de imágenes, familiares pueden reconocer algún indicio recabado del cuerpo de la víctima, como accesorios, trabajos dentales, tatuajes, entre otras características que puedan conducir a su identificación.
Esta jornada se lleva a cabo a unos días de que la Fiscalía General del Estado localizó doce cuerpos enterrados en fosas clandestinas en una huerta de aguacate y predios aledaños ubicados en la comunidad indígena de Caltzontzin, municipio de Uruapan. Los restos correspondían a diez hombres y dos mujeres.
Hace unas semanas, en Los Negritos, municipio de Villamar, zona limítrofe entre Michoacán y Jalisco, la FGE encontró 26 personas sin vida, sepultadas en fosas clandestinas, mediante distintas labores de búsqueda en las que además participaron la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, la Guardia Nacional, la Guardia Civil, la Fiscalía General de la República y colectivos sociales.
El año pasado, en el estado fueron encontradas 47 fosas clandestinas con 73 cadáveres, que corresponden a 57 hombres, 11 mujeres y cinco indeterminados.
En el 2020, localizaron 25 fosas con 70 cuerpos; en el 2019, 13 fosas con 19 cadáveres; y, en 2018, 21 depósitos con 40 cuerpos. Las estadísticas reflejan que, tal como el fenómeno de las desapariciones, la localización de víctimas mortales en depósitos clandestinos continúa y va en aumento.
Tierra Caliente, Sierra-Costa (colindancia con Guerrero), Bajío (zonas limítrofes con Jalisco y Guanajuato), todas ellas identificadas por violencia endémica, son las regiones de Michoacán que destacan por la localización de fosas con cadáveres.
Indalecio Pedrizco Pacheco, defensor de derechos humanos y activista social en materia de personas desaparecidas, señaló que, por el hermetismo con el que se desarrollan los protocolos de la FGE para la localización de cuerpos en fosas clandestinas, miembros de colectivos no tuvieron participación en las excavaciones efectuadas en Los Negritos ni en Caltzontzin.
Él se volvió buscador de personas con vida así como en fosas clandestinas desde hace cinco años, a raíz de la desaparición de su hermano, en el municipio de Tumbiscatío.
Albergues, centros sanitarios y de rehabilitación, cárceles, reclusorios, hospitales y predios de todo tipo a lo largo de la República Mexicana son lugares que ha visitado, sobre todo en Michoacán, Guerrero, Jalisco, Veracruz, Estado de México, Sinaloa y la Ciudad de México, con la intención dar con el paradero de su familiar y de otras personas buscadas por el colectivo al que pertenece.
Desde su experiencia hay más apertura de las fiscalías de otras entidades para permitir la participación de los colectivos sociales en las excavaciones, con el equipo pertinente.
"Vemos un poco incongruente que el estado de Michoacán no tenga esa apertura para los familiares", agregó, con la acotación de que conoce una decena de agrupaciones dedicadas a la búsqueda de personas desaparecidas.
En ese contexto pidió a las autoridades involucradas sean más empáticas, sensibles y humanas ante la causa de las víctimas del delito de desaparición forzada.
EA
