Más que tradición: el cempasúchil alimenta mariposas y al campo michoacano

La flor de los muertos también da vida: ayuda a polinizadores, mejora el suelo y genera empleos rurales
Más que tradición: el cempasúchil alimenta mariposas y al campo michoacano
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Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Cuando vemos los campos dorados y naranjas del cempasúchil en Michoacán, muchas veces pensamos únicamente en la tradición del Día de Muertos. Pero esta flor —tan ligada al altar, a las tumbas y al recuerdo de los seres queridos— desempeña también un papel clave en la naturaleza, en la economía local y en la conservación de especies migratorias.

Origen, cultura y ecología

El nombre “cempasúchil” proviene del náhuatl cempoalxóchitl o cempohualxochitl, que se traduce como “flor de veinte flores” o “muchas flores”. Pertenece a la familia de las asteráceas y al género Tagetes. México es el país con mayor diversidad de esta flor en América: se estiman más de 30 de las 58 especies de Tagetes presentes en el continente.

Más allá de su valor cultural, las autoridades ambientales han señalado que el cempasúchil coincide con la temporada de la llegada de la Mariposa Monarca, que migra hacia los bosques de Michoacán y del Estado de México. Al florecer la planta, sus pétalos y su néctar se convierten en alimento para este insecto, que a su vez cumple funciones de polinización. En ese sentido, la producción de cempasúchil no es solo un asunto ornamental, sino que contribuye a ecosistemas más amplios.

Producción en Michoacán

Según datos recientes del Gobierno del Estado de Michoacán, en 2023 se registraron 559 mil 390 manojos de cempasúchil producidos en la entidad, con una derrama económica de 19 millones 903 650 mil pesos, y un valor total estimado de 47 millones 335 mil 650 pesos.

En cuanto a superficie, se reportan alrededor de 430 hectáreas cultivadas en el estado, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) citados por la Secretaría de Agricultura de Michoacán. A nivel nacional, se habla de que la siembra abarca unas mil 900 hectáreas con más de 15 mil toneladas de producción anual para México.

En el caso de Michoacán, el cempasúchil se produce en campos de los municipios de Erongarícuaro, Pátzcuaro, Quiroga, Tzintzuntzan, Salvador Escalante, Lagunillas, Huiramba, Tarímbaro, Copándaro, Huetamo, San Lucas, Nocupétaro, Carácuaro, Turicato, Tacámbaro, Madero, Zacapu, José Sixto Verduzo, Irimbo, Áporo y Tuxpan.

Un documento interno de la Secretaría de Agricultura estatal detalla cultivos por municipio: por ejemplo, en Copándaro se reportan unas 120 ha con un rendimiento estimado de 10 mil 000 kg en el ciclo señalado.

Beneficios agrícolas y ambiental

El cempasúchil, además de su función estética y simbólica, posee cualidades agrícolas muy útiles:

  • Sus raíces y hojas contienen compuestos que pueden actuar como insecticida natural, reduciendo plagas en cultivos sin tanto uso de químicos.

  • Puede utilizarse como abono verde o en rotación de cultivos, contribuyendo a mejorar la estructura del suelo y su fertilidad.

  • Sus pigmentos amarillos‑anaranjados tienen aplicación industrial, por ejemplo, en la alimentación (como colorante natural) y en avicultura para dar tono a la yema de huevo.
    Estas características lo convierten en una planta que aporta tanto a la producción agrícola como a la sostenibilidad.

¿Por qué importa para Michoacán?

  • Económicamente, el cultivo de cempasúchil genera ingresos para familias productoras que siembran desde junio para cosechar en octubre y abastecer la demanda de Día de Muertos. Así, comunidades agrícolas participan de la tradición y generan empleo estacional.

  • Ambientalmente, al alimentar a la Mariposa Monarca y otros insectos, el cultivo contribuye indirectamente a la biodiversidad del estado.

  • Culturalmente, la flor sigue siendo un puente entre la práctica ancestral de las ofrendas y la agroindustria moderna: representa identidad, territorio, paisaje e historia.

Desafíos y recomendaciones

Aunque los datos han mejorado, persisten retos:

  • No siempre se cuenta con cifras desagregadas completas por municipio y año para todos los productores. Esto dificulta un seguimiento fino de la producción y de su impacto.

  • Hay que evitar la extracción indiscriminada de cempasúchil silvestre en zonas naturales, ya que puede afectar el equilibrio ecológico.

  • Es importante que el precio reconozca el esfuerzo del productor: fertilización, riego, plagas, cosecha, transporte. Como lo dijo un productor en Tarímbaro: “Es mucho trabajo y es justo que se valore para que no regateen el precio”.

Por ello, la Secretaría de Medio Ambiente de Michoacán hace un llamado a los consumidores a elegir flor cultivada localmente, pedir etiqueta o comprobante de origen y fomentar así cadenas de producción sostenibles.

La flor de cempasúchil en Michoacán no es simplemente un adorno de Noche de Muertos: es un cultivo que representa tradición, economía, biodiversidad y suelo fértil. Producirla implica tiempo, cuidado y trabajo colectivo; consumirla con conciencia significa valorar también esa labor. Y al plantar, cosechar y honrar esa flor, también honramos al paisaje, a la Mariposa Monarca y a las generaciones que la han cultivado.

SHA

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