Engendrar, criar y buscar, el destino de Linda Paniagua, una madre buscadora
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Cada 10 de mayo, en varias partes del mundo se celebra un día especial para reconocer y agradecer a todas aquellas que han tenido la fortuna de ser madres. Pese a que este es un día lleno de alegría, no todas las mujeres tienen el privilegio de celebrar esta fecha. Tal es el caso de Linda Paniagua, quien falleció en 2023 y hasta su último suspiro no descansó para poder saber el paradero de Saúl, su hijo desaparecido en 2019.
La vida de Linda se tejió con los hilos del amor maternal y la ilusión de formar una familia nueva. Madre soltera y con solo un hermano que fallecería ese mismo año, la joven mujer que trabajaba como comerciante, hizo lo posible por sacar adelante a Saúl, su único hijo, al que pudo ver por última vez a sus 17 años, antes de irse a la escuela.
Después de su desaparición, pese a la amargura de cada día, Linda tenía la paciencia de ir todos los días a la Fiscalía General del Estado de Michoacán para preguntar a la autoridad si existían avances en la investigación. En las diversas ocasiones que tenía algún encuentro con los medios de comunicación, con cada palabra, Linda pintaba un cuadro vívido de los momentos que compartió con Saúl y la angustia que la consumía desde su desaparición.
Desde entonces, cada amanecer era una batalla entre la esperanza y el miedo: "Sin él, siento que la vida no vale nada", confesaba entre lágrimas en una entrevista realizada un Día de las Madres en el año 2021. "Me han quitado todo, con él me lo quitaron todo. Yo siempre salía con él, comía con él, todo lo hacía con él, ¿y ahora? Veme aquí sola".
El 10 de mayo, era para Linda un recordatorio agridulce de la ausencia de su hijo; marchaba junto a decenas de otras madres buscadoras en esta fecha para que las personas supieran que había un hogar donde una madre no estaba celebrando y donde un hijo continuaba desaparecido. Aseguraba siempre con una voz quebrada que seguiría buscando a Saúl, porque no podía permitirse rendirse.
Fundó un pequeño grupo de apoyo para familias de personas desaparecidas, donde compartían historias, consuelo y recursos para mantener viva la esperanza. Incluso, en varias manifestaciones y caminatas que convocaban, ella encabezaba las protestas no solo por su hijo, sino por todas las demás mujeres que se encontraban en la misma situación y que, en compañía, hallaban consuelo de algún día poder reencontrarse.
Algunas madres buscadoras la han señalado como un ejemplo de resiliencia para seguir luchando, ya que, con el pasar de los años, las canas les han ido apareciendo y las pistas se les van acabando.
A pesar del dolor que la consumía, irradiaba una fuerza interior inquebrantable, con una particular determinación y valentía. Nunca perdió la esperanza de encontrar a su hijo, incluso hasta los últimos de sus días.
A medida que los años pasaban, la salud de Linda se debilitaba. En noviembre de 2023, a sus 41 años de edad, su cuerpo cedió ante el peso de un cáncer, una enfermedad que la invadía. Pero su deseo ardiente de encontrar a Saúl permanecía intacto hasta el último suspiro, poniéndolo por encima, incluso, de su propio bienestar, en un sacrificio similar al que tantas madres pueden hacer por sus hijos.
Hoy, en este 10 de mayo, recordamos a Linda Paniagua como un símbolo de amor incondicional y fortaleza inquebrantable, una madre que gestó, crio, vio crecer y, sorpresivamente, también tuvo que buscar a Saúl, su hijo. Una madre que se enfrentó a los desafíos de la desesperación y la burocracia, una mujer que no se permitió el descanso por buscar a quien seguramente, cada 10 de mayo, le regalaría una sonrisa, un momento de alegría tan común para tantas mamás y tan lejano para algunas otras.
RYE
