
Pátzcuaro, Michoacán (MiMorelia.com).- En esta Noche de las Ánimas, en la tenencia de Cuanajo, municipio de Pátzcuaro, destacan una gran cantidad de caballitos de madera, de distintos tamaños, pero adornados con flores de cempasúchil, fruta, verdura y pan, mientras campanas del templo anuncian la llegada del alma de los difuntos.
De acuerdo a la explicación, en Cuanajo la ofrenda tiene diferentes significados; las mujeres llevan una canasta, lo que anteriormente se llevaba en bateas, con elementos como frutos de temporada, la cual se cubre con una servilleta bordada en fino punto de cruz y con encaje tejido, sobre esta se coloca un racimo pequeño de flores de cempasúchil y si el difunto fue pariente cercano o compadre se lleva una vela para cuando se coloque en el altar, se le ponga encendida en la espalda del caballito.
Por su parte, los hombres de la comunidad elaboran como ofrenda un caballito de madera, que lo adornan con flores de cempasúchil, frutos de temporada, ya que le servirán de alimento o le dará utilidad mientras sus familiares lo velan.
Por ello es que todos aquellos visitantes deben llegar con una figura de caballo elaborada en madera; a cambio, los familiares los reciben con alimentos como tamales, atole o tequila, debido a que toda la noche se espera la llegada de personas a la casa del difunto.
La figura del caballo de madera, según cuentan los propios habitantes de Cuanajo, ayudará al alma del difunto a llevarse y cargar todo lo que le fue depositado en la ofrenda.
Es así como Cuanajo recibió a sus fieles difuntos que, en comparación con otras localidades, durante la noche del 1 y 2 de noviembre en esta comunidad las ofrendas se levantan en las casas y no en los panteones, además solo se hace en los hogares de quienes murieron durante el año en curso.
rmr