
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Con tecnología de punta, asesoría integral y alianzas institucionales, el Centro de Innovación y Desarrollo Agroalimentario de Michoacán (CIDAM) ha logrado impulsar en tan solo tres años el valor agregado de los productos agropecuarios y se ha posicionado como un eje estratégico para el desarrollo del campo en el estado, expuso Sylvana Figueroa Silva, directora ejecutiva de la institución.
Una de las principales virtudes del CIDAM, dijo, es su capacidad para ofrecer estudios analíticos, desarrollo de producto, etiquetado y asesoría técnica a precios accesibles, gracias a una serie de convenios que mantiene con instituciones como la Sader, Sedeco, Sí Financia y gobiernos estatales como los de Tlaxcala y Oaxaca. Estos subsidios, que alcanzan hasta el 70 %, permiten que productores locales accedan a servicios de alta calidad sin comprometer sus finanzas.
Figueroa Silva destacó que cada año la demanda por estos servicios supera las expectativas, ya que las bolsas de apoyo institucional se agotan incluso antes de finalizar el ejercicio fiscal, lo que confirma la aceptación y confianza que el sector agroalimentario ha depositado en el CIDAM. Ejemplificó que el impacto ya se refleja en casos de éxito como el de “Papuchis”, una marca de papas fritas tradicionales que pasó de venderse en la calle a estar disponible en tiendas OXXO.
El coordinador de Biotecnología del CIDAM, Carlos Sosa Aguirre, comentó que, en la línea de desarrollo con valor agregado, el CIDAM ha creado productos como una sopa de lenteja instantánea, sin sellos de advertencia, ideal para consumo escolar, y una línea de productos derivados de la guayaba, como harina, aceite y fibras comestibles, que multiplican por tres el valor del fruto en fresco. Este tipo de innovaciones permite aprovechar al máximo los recursos del campo y aumentar la rentabilidad para el productor, dijo.
Asimismo, mencionó que la institución ha trabajado en la certificación de bebidas como el mezcal y el desarrollo de productos y empaquetado de frutas como la changunga, destinadas al mercado internacional. Para ello, el CIDAM pone a disposición una planta piloto donde los emprendedores pueden desarrollar y probar sus productos, algo único en el estado.
Destacaron que el respaldo tecnológico con que cuenta el CIDAM es de primer nivel, ya que está equipado con cromatógrafos de líquidos y gases, espectrometría de masas y laboratorios fitosanitarios; además, el Centro realiza investigaciones aplicadas que permiten cumplir con normativas nacionales e internacionales y colabora estrechamente con la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo de Hermosillo, Sonora, lo que garantiza un alto nivel académico y técnico.
Sin embargo, pese a todos los servicios que ofrece el Centro, uno de los mayores retos que enfrenta sigue siendo el cambio cultural. Reconocieron que muchos productores aún se enfocan en la venta en fresco sin considerar la transformación de sus productos como una vía hacia mayores ingresos, por lo que el CIDAM continúa impulsando una mentalidad industrial en el agro michoacano.
El modelo que promueve la institución, expuso su directora, busca una economía circular, con productos sustentables, pagos justos y el aprovechamiento total de materias primas, además de fomentar prácticas responsables con el medio ambiente; también ofrece capacitación en comercialización para que los proyectos sean viables en el tiempo.
Gracias a su estructura, visión y capacidad operativa, el CIDAM se consolida como un motor del desarrollo agroalimentario en Michoacán. Su impacto, expusieron, va más allá de la asistencia técnica: está sentando las bases para una transformación estructural del campo en la entidad.
rmr