
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Para Perla, Bellanira, Lesly, Claudia y Judith, participar en el programa Mujeres Constructoras de Paz (MUCPAZ) significó algo más que tomar un taller. En sus comunidades —Paracho, Tacámbaro y Tingambato— han formado redes de apoyo que les han permitido identificar la violencia de género, capacitarse y emprender, con respaldo institucional y acompañamiento constante.
Mujeres Constructoras de Paz se ha vuelto, según las propias beneficiarias, un espacio seguro donde no sólo identifican las violencias que las atraviesan, sino también sus propias capacidades para salir adelante, juntas.
En comunidades como Cheranástico, Yoricostio y Tingambato, las redes MUCPAZ no son solo grupos organizados de mujeres, sino refugios colectivos donde se acompaña emocionalmente, se comparten saberes y se abren caminos de autonomía económica. Las mujeres que integran estas redes coinciden en que: lo más valioso ha sido el acompañamiento integral y constante.
“Ese espacio de verdad salva vidas”, asegura Perla López Bautista, de Cheranástico, comunidad purépecha en Paracho. Ella recuerda que cuando comenzó el programa a finales de 2021, fue la primera vez que muchas mujeres pudieron nombrar la violencia que habían normalizado por años: psicológica, física, obstétrica, patrimonial y sexual.
“En nuestras comunidades todo el tiempo se vive la violencia pero nunca se nombra como tal… cuando empezamos con las pláticas, las mujeres empezamos a conocer estos tipos de violencia y así a empezar a limitar”
relata Perla.
Actualmente, 32 mujeres de entre 14 y 57 años integran esta red, que ha evolucionado desde los bordados en punto de cruz hasta la confección de camisas que comercializan en el tianguis local.
En Yoricostio, municipio de Tacámbaro, Bellanira González Ponce destaca que MUCPAZ les permitió, por primera vez, hablar sin miedo. “Ahí reunidas en confianza, podemos hablar y decir que no es normal que nos griten, que nos pidan cuentas de todos los gastos. Vemos que no es normal la violencia económica, no es normal la violencia sexual”, enfatiza.
Las entre 18 y 20 mujeres que conforman la red elaboran productos de limpieza, los venden afuera de sus casas y en negocios locales, con lo cual han logrado generar un ingreso propio. Para Bellanira, más allá de lo económico, la red significa esperanza: “Nos están dando una herramienta para que un día alguna de nosotras tengamos un sustento, porque ya llevamos el conocimiento”.
En Tingambato, la red “Princesas Guerreras” inició con 11 mujeres en abril de 2023. Hoy, ya son 34. Lesly Estrada cuenta que comenzaron con la aplicación de tintes y estilismo, pero el aprendizaje técnico fue solo el inicio. Ya que, ahí también reciben atención psicológica, organizan colectas de ropa para un refugio en Uruapan y han acompañado a mujeres en procesos de denuncia y solicitud de apoyo.
“Ahí no solamente aprenden estilismo, seguimos capacitándonos en violencia, compartimos nuestras experiencias. Es un lugar seguro donde nos apoyamos”, subrayó Lesly. Para Claudia, otra integrante, la red significa sentirse segura. Judith, también parte del grupo, afirma que MUCPAZ le ayudó a fortalecerse emocionalmente: “Hoy siento que puedo salir adelante gracias a las habilidades que he reforzado y por el respaldo del grupo”.
Las voces de Perla, Bellanira, Lesly, Claudia y Judith dejan claro que MUCPAZ no se limita a prevenir la violencia. Las redes que han construido en sus comunidades son espacios de transformación, de sororidad y de impulso mutuo. Por ello, coinciden en que llevarlo a más municipios no solo es deseable, sino urgente.
MUCPAZ no es un programa nuevo. Es una estrategia que inició a nivel federal y que en Michoacán se impulsa a través del Gobierno Estatal con recursos del Fondo para el Fortalecimiento para la Paz (Fortapaz). Hasta ahora, tiene una inversión de 9.5 millones de pesos y ha beneficiado a 790 mujeres, de acuerdo con César Erwin Sánchez Coria, titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública.
En entrevista para MiMorelia.com, el funcionario detalló que se inició en los 14 municipios con alerta de violencia de género, así como en demarcaciones con altos índices delictivos. Y actualmente, se han logrado concretar 41 redes distribuidas en 23 municipios.
En este tenor, recalcó que las redes —conformadas por grupos de más de 15 mujeres— reciben capacitaciones para prevenir la violencia, pero también para emprender con proyectos productivos como pastelería, corte y confección, elaboración de productos de limpieza, estilismo y más.
“Lo más valioso ha sido la sinergia que se ha generado entre las participantes, quienes han creado redes de apoyo mutuo que fortalecen el tejido social desde lo comunitario”, destacó Sánchez Coria.
Así se viven las capacitaciones y emprendimientos en el programa Mujeres Constructoras de Paz (fotos):
AML