

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Amelí Navarro Lepe, viuda de Bernardo Bravo Manríquez, declaró que la investigación del homicidio debe considerar de manera “inminente” la labor que su esposo realizaba, dado que sus exigencias estaban directamente ligadas a la defensa de derechos económicos y sociales de su comunidad.
Navarro Lepe contextualizó la figura de su esposo, señalando que Bernardo no era solo un empresario del limón, sino un activista que encabezaba un sector, defendiendo los intereses colectivos.
“Cuando defiendes los intereses de una colectividad, defiendes derechos humanos”, afirmó la viuda, subrayando que la defensa del bienestar y desarrollo del sector limonero y de la región de Apatzingán constituye una labor de defensa de derechos humanos fundamentales.
La principal exigencia de la familia es que las autoridades competentes cumplan con el marco legal que estipula un “estatus de protección reforzada” para las personas activistas. Según Navarro Lepe, no es una cuestión de si las autoridades deben considerarlo, sino una obligación legal ineludible tener en cuenta la calidad y trascendencia de la actividad del defensor asesinado al conducir la diligencia de investigación.
Ante el suceso, Amelí Navarro Lepe recordó que recae sobre las autoridades el “deber de actuar con la debida diligencia” para investigar los hechos, analizando siempre el contexto de la actividad que realizaba Bernardo. Reiteró que el caso debe ser tratado bajo la óptica de que Bernardo Bravo Manríquez era, ante todo, un defensor de derechos, un tema que debe ser el eje central del proceso judicial.
Contrario a la percepción común de que los defensores de derechos humanos son inherentemente opositores al poder, la viuda destacó la postura institucional de Bernardo. Señaló que su esposo era muy respetuoso de las instituciones y colaboraba activamente con ellas, buscando la implementación de proyectos y trabajando de la mano con las autoridades competentes del sector campo para obtener beneficios para la comunidad.
En conclusión, el activismo de Bernardo Bravo Manríquez se caracterizó por ser colaborativo y propositivo, buscando fortalecer el apoyo al campo a través del diálogo con diversos ámbitos de gobierno. Este legado de trabajo conjunto contrasta con el trágico final y refuerza la demanda de su viuda: que su labor como líder social y defensor de derechos no quede impune y sea el factor determinante en la investigación del homicidio.
RPO