Por: Andrea Hernández/@andy_hermar
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- En lo que va del año, en Michoacán se han registrado diez muertes maternas, lo que ubica a la entidad en el lugar 11 en la incidencia de estos casos que, a su vez, lo colocan en "semáforo amarillo", según datos de la Secretaría de Salud en la entidad (SSM).
De acuerdo con Gloria Alonso Mejía, la especialista en ginecología, a pesar de que las principales causas de muerte en el desarrollo gestacional y en el puerperio son cuatro, muchas de ellas prevenibles si se detectan a tiempo mediante un adecuado control prenatal y la plena identificación de los signos de alerta, "es un tema sensible que se puede manejar como signo de inequidad e injusticia que la mujer tenga que pagar con su vida por cumplir con una función natural; lo natural es que la mujer tenga el embarazo y el parto".
Indicó que muchos de los casos están ligados a la falta de atención durante el periodo de gestación. "Hay una infinidad de historias en las áreas de urgencias de mujeres jóvenes, o no, que llegan por un dolor abdominal, y en realidad están en trabajo de parto pero se complica, o tuvieron ruptura de membranas prolongada y se desata una infección que puede terminar en muerte fetal y materna. Muchos de ellos son casos en los que la mujer escondió su estado y por eso no tuvo un control ni la información para identificar signos de alarma", dijo la especialista.
Refirió que entre las causas que podrían llamarse "prevenibles" se encuentra la hemorragia, que a final de cuentas es prevenible así, entre comillas, porque puede presentarse en cualquier mujer que está con un embarazo considerado normal y se puede dar en cualquier etapa de éste". Puede ocurrir en cualquier etapa del embarazo, ya sea a causa de un aborto espontaneo, inducido de manera legal o ilegal (que es la más frecuente) y, en mayor medida, en el trabajo de parto, aunque también se da durante el puerperio (cuarentena).
En la segunda mitad del embarazo, la placenta previa –"el pánico de todas las salas de obstetricia"– es una de las causas probables; esto significa que la placenta se ubica en el cuello del útero y sale primero que el bebé y ocasiona una hemorragia que se puede presentar desde la semana 28; desprendimiento de placenta en mujeres que tienen hipertensión y la ruptura uterina, que es una condición que presentan mujeres que tienen un accidente o una cesárea previa que se desgarra, o en el trabajo de parto cuando éste se realiza antes de la dilatación completa o con esfuerzo excesivo.
Durante el parto los desgarres vaginales por falta de dilatación o exceso de esfuerzo, y la falta de contracción en el útero, son otras de las causas que originan hemorragia. "Una es que cuando sale el bebé la matriz no se contrae; ésta mide normalmente 8 centímetros, y cuando hay un bebé mide más de 50 centímetros, pero cuando sale el bebé regresa a su tamaño regular; de no hacerlo, se le llama atonía uterina, que es tratable si se detecta".
Alonso Mejía señaló que el riesgo no termina cuando la paciente sale del quirófano o de la sala de expulsión, ya que durante el puerperio también hay causas que pueden originar una hemorragia, como las infecciones.
Aunque asevera que "la hemorragia es el reto más grande al que se enfrenta un obstetra, un médico que atiende partos", el 10% de los embarazos a nivel mundial están relacionados con el padecimiento de preclamsia; "no todas las pacientes que lo desarrollan mueren, pero es una enfermedad que se puede identificar pronto, pero si hay factores de riesgo no se puede evitar su desarrollo".
Finalmente dijo que considera que la falta de medicamentos y de insumos para realizar de manera pronta los procedimientos que una emergencia requiere sí incide en las cifras de mortalidad, "y es ahí, en el acceso al control prenatal y la cultura de la atención durante la gestación, donde radica la verdadera esencia de decir que las muertes maternas son prevenibles".
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