
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Miles de personas en todo México comenzaron a recibir llamadas "provenientes" del Reino Unido. Aunque en un inicio se pensó que se trataba de Wangiri (estafa telefónica donde criminales generan ganancias de las comisiones que obtienen por engañar a las personas), expertos han confirmado que esta modalidad es mucho más compleja: no busca que devuelvas la llamada, sino que hagas contacto por WhatsApp.
El método inicia con una grabación automatizada y breve: “Hola, tenemos una oportunidad laboral para ti en Reino Unido. Agrega nuestro número a WhatsApp para más información”.
En cuanto el número es agregado a WhatsApp, se ofrece un supuesto trabajo remoto con tareas básicas: dar “likes” a productos en MercadoLibre, escribir reseñas o agregar artículos como favoritos. A cambio, se promete un pago de entre 60 y 100 pesos por tarea. Algunas víctimas sí reciben ese dinero, lo que genera confianza y valida la experiencia inicial.
Pero esa primera interacción es solo la entrada a una estructura bien armada que conecta a miles de usuarios a través de grupos en Telegram, particularmente uno llamado “Viaje bajo el sol”. Allí, los participantes no pueden escribir ni interactuar: solo observar.
El grupo en Telegram muestra mensajes automatizados como “¡Tarea completada!” o “Pago realizado”, con capturas de transferencias —algunas desde cuentas reales de Banco Azteca—. Estas dinámicas están cuidadosamente diseñadas para generar una sensación de legitimidad.
Después de ganar confianza, a los usuarios se les pide realizar un “depósito de activación” o acceder a “misiones premium”. Es entonces cuando el fraude revela su verdadero rostro. El dinero no se recupera y los chats se automatizan por completo.
La operación está lejos de ser improvisada. Los estafadores utilizan paneles de automatización, llamadas VoIP, bots en Telegram y sistemas de seguimiento para coordinar a más de 13 mil víctimas. Los pagos reales provienen de cuentas mexicanas, como una a nombre de Jennifer Vázquez Cerón, lo que indica que también hay operadores —o mulas financieras— en el país.
RPO