La Paz, Baja California Sur (MiMorelia.com).- Científicos mexicanos que estudian el comportamiento de las ballenas grises (Eschrichtius robustus) en la Península de Baja California han detectado que en la presente temporada de avistamiento (diciembre-abril) estos cetáceos se están moviendo hacia el sur, buscando aguas más cálidas, debido a una disminución de la temperatura superficial del mar a causa de la variabilidad climática.
En comunicado de prensa, informaron que respecto a 2016, en el inicio de temporada de este año se ha detectado un decremento en la abundancia de ballenas grises en las lagunas costeras de Ojo de Liebre y San Ignacio y, por el contrario, este decremento no se observa en el Complejo Lagunar de Bahía Magdalena, que se encuentra unos 280 km más al sur.
Además han sido frecuentes los avistamientos en la región de Los Cabos, en el extremo de la Península de Baja California Sur, donde por lo general no hay individuos de esta especie o se observan aisladamente, dijo Jorge Urbán, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, cuyo trabajo es apoyado por la Alianza WWFFundación TELMEX TELCEL.
El 16 de enero de 2017 se contaron 347 ballenas en la Laguna Ojo de Liebre frente a las 584 ballenas del 18 de enero de 2016 (40 por ciento menos); mientras el 19 de enero de 2017 se contaron 39 ballenas en la Laguna San Ignacio ante las 107 ballenas del 19 de enero de hace un año (63 por ciento menos). Por el contrario en el complejo lagunar de Bahía Magdalena este año se observa un número similar al registrado en 2016 (67 individuos), y en la región de Los Cabos se han detectado más de 20 ballenas grises esta temporada.
Las ballenas grises se congregan en estas tres lagunas -Ojo de Liebre, San Ignacio y Bahía Magdalena- durante la temporada invernal de reproducción, por lo que su población refleja el comportamiento demográfico del total de la población. "Estos cambios en la distribución de la ballena gris son una respuesta de la población a los fenómenos oceanográficos de El Niño y La Niña, durante los cuales aumenta y disminuye la temperatura superficial del mar, respectivamente.
Cuando la temperatura es elevada las ballenas se distribuyen más al norte y cuando es baja, como en esta temporada, las ballenas se distribuyen más al sur", explicó Urbán. Agregó que este desplazamiento sólo tendrá lugar durante años fríos, pues la tendencia general del cambio climático es que permanezcan más al norte debido al aumento de la temperatura del mar.
La población de ballenas grises del Pacífico nororiental es la única población de grandes ballenas que se ha recuperado después de una intensa explotación comercial, gracias a la protección contra la caza comercial por parte de la Comisión Ballenera Internacional y la colaboración entre Rusia, Canadá, Estados Unidos y México para detenerla, el resguardo de los santuarios mexicanos en donde paren las hembras y la promoción del turismo sustentable.
El apoyo del gobierno mexicano a las comunidades locales a través de alternativas sustentables en estas lagunas prioritarias para su reproducción y crianza ha sido clave. "La coordinación de esfuerzos gubernamentales que involucran a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, los gobiernos de los estados de Baja California y Baja California Sur, las comunidades locales, la sociedad civil y la Iniciativa Privada es sin duda la clave para proteger los santuarios de crianza", agregó Urbán.
La Alianza WWF Fundación TELMEX-TELCEL apoyó la creación del primer laboratorio en campo para estudiar ballenas grises, incorporando nuevas tecnologías de monitoreo, fotoidentificación y censos. "Cada año se obtienen más de mil 500 fotografías de alta resolución que permiten identificar unas 400 nuevas ballenas que visitan Laguna San Ignacio.
Gracias a este monitoreo se ha actualizado el catálogo de ballenas grises y se han identificado siete mil 500 individuos, de una población mundial estimada en 22 mil ballenas", explicó el subdirector de Marketing Corporativo de Telcel, Marcos Linares.
En 1972, Laguna Ojo de Liebre, el sitio de congregación más importante de esta especie en México, fue decretado Refugio de Ballenas. En 1979 este decreto se amplió a la Laguna de San Ignacio, catalogada también como zona de atracción turística-marítima. "Este no es el caso de Los Cabos. Sus costas son muy transitadas, lo que puede afectar a las ballenas. Es importante promover ahí instrumentos de manejo integral como áreas de refugio, que incluyan un monitoreo integral y la prevención de amenazas para esta especie y que también permitan a las comunidades locales y prestadores de servicios mantener su sustento", dijo Georgina Saad, coordinadora del Programa de Especies Marinas Prioritarias del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en México.
"La mejor forma de prepararnos es informar a los actores involucrados en la conservación y avistamiento de ballenas grises sobre el tema del cambio climático y sus efectos, así como las condiciones de años irregulares". El avistamiento de ballenas grises representa una importante derrama económica para Baja California Sur. Según datos de la Dirección de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, en promedio por temporada visitan la región alrededor de 10 mil turistas que generan ingresos estimados en dos millones de dólares para las comunidades costeras y viajeras transcontinentales.
Actualmente se reconocen dos poblaciones de ballenas grises, ambas en el Pacífico Norte: la americana y la asiática. La segunda se encuentra en grave peligro de extinción y se estima que cuenta con sólo 130 individuos. La segunda población se ha recuperado después de su caza comercial y alcanza más de 22 mil individuos. Las ballenas de la población americana se reproducen en el Pacífico mexicano durante el invierno, después de una migración de nueve mil kilómetros pasando por Canadá y Estados Unidos, desde el Mar de Bering, donde se alimentan.
"Tras comparar más de siete mil fotografías tomadas entre 1994 y 2012 en las costas rusas de la península de Kamchatka y la isla de Sajalín, y las lagunas de Baja California, se logró identificar a 23 individuos que coincidían en ambos países.
Este hallazgo demuestra que un número importante de ballenas de la población asiática viene a reproducirse a México, al igual que lo hacen las ballenas de la población americana y que la conservación de la ballena gris en aguas mexicanas también estaría contribuyendo a la recuperación de la diezmada población asiática", explicó Urbán.
Como parte de las tareas de educación ambiental de la Alianza WWF-Fundación TELMEX TELCEL, Jorge Urbán recibió este fin de semana en el laboratorio de campo de Laguna San Ignacio a un grupo de cinco alumnas del Colegio de Bachilleres del Estado de Querétaro 1, quienes obtuvieron el primer lugar en el Proyecto Megaviajeras por su obra plástica Importancia de proteger a la ballena gris, entre 345 obras inscritas. Sesenta de estas piezas serán exhibidas en el Museo Soumaya, Plaza Carso, del 14 al 28 de febrero.