Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Cuidar los bosques michoacanos y preservarlos para las futuras generaciones son la principal motivación para Eladio Facio Orozco, brigadista voluntario de la Brigada 324, quien durante los últimos cuatro años se ha dedicado a combatir los incendios forestales sin importar poner en riesgo su vida.
“Lo que nos llamó la atención de meternos como brigadistas es salvar los bosques, porque se están destruyendo y necesitamos gente que quiera protegerlos”, comenta en entrevista para MIMORELIA.COM.
El brigadista de la zona de salida a Mil Cumbres reconoce que este año ha sido especialmente difícil para esta labor, pues el calor ha sido más intenso y el número de siniestros se ha elevado considerablemente. De acuerdo con datos de la Comisión Forestal del estado (Cofom), hasta el 28 de mayo se tenía registro de 728 incendios que habían causado daños en 36 mil 145 hectáreas, cifra que supera los 654 siniestros registrados el año pasado y que duplica las 17 mil 704 hectáreas afectadas en ese periodo.
Eladio reconoce que ser brigadista es una tarea compleja y de alto riesgo, pues aparte de la capacitación inicial y actualizaciones, hay que tener mucho temple y cabeza fría para tomar las mejores decisiones cuando uno está luchando contra las llamas.
Apenas la semana pasada María Soledad P., vecina de la localidad de Temendao en el municipio de Ciudad Hidalgo, integrante de la Brigada 412, perdió la vida al ser alcanzada por el fuego que combatía durante un incendio forestal en el municipio de Tuxpan. Al parecer, durante las labores, el viento cambió de dirección abruptamente y fue cuando María quedó atrapada en las llamas, y a pesar de que sus colegas trataron de ayudarle, lamentablemente murió.
Eladio Facio Orozco señala que este año le ha tocado combatir al menos dos incendios muy fuertes, en los que han permanecido dos o tres días luchando contra el fuego. Las jornadas inician cerca de las seis de la mañana y terminan casi a la media noche, comenta al respecto.
“Es feo ver cómo los incendios se devoran el bosque, a veces se desespera uno porque uno quisiera que ya no siguiera avanzando el incendio y hay ocasiones en las que por seguridad debemos dejar que avance”, narra el brigadista, quien además es trabajador de la construcción y maneja un taxi para completar los gastos del hogar.
Eladio cuenta que su familia lo ha apoyado desde que tomó la decisión de convertirse en brigadista, incluso tres de sus hijos han seguido sus pasos y al cumplir la mayoría de edad también se convirtieron en combatientes de incendios forestales.
“A mis hijos los motivó verme y dicen ellos que sirve hasta para cuidarme”, añade.
Los ciudadanos pueden ayudar, siempre y cuando con la orientación necesaria. “Hay parte donde la gente nos puede ayudar sin correr mucho riesgo. Limpiar brechas o hacer brechas cortafuegos.
En Michoacán son poco más de mil héroes distribuidos en 121 brigadas, que con su camisola amarilla, un casco, botas y pantalón de mezclilla combaten a uno de los principales devoradores de bosques: el fuego.
Sin mucho reconocimiento de la sociedad, pero con sus bombas aspersoras, rastrillos, palas y ahora con apoyo de tecnología como drones y helicópteros, mantienen una lucha frontal, al menos tres meses de cada año para mantener viva la vegetación e incluso a la fauna de cada una de las regiones del estado.
"Nos toca ver muchas víboras, conejos, otro tipo de animales muertos por e incendio […] así como romper cercas para poder rescatar vacas, caballos, animales de granja, principalmente", dijo.
Desde que les avisan que hay que ir a combatir un incendio, los brigadistas se mentalizan. “Tengo que apagar el fuego, lo menos que podamos dejar que se queme arriesgándose lo menos que se pueda”, dice Eladio.
“Es algo muy riesgoso, pero es salvar nuestros bosques, nuestro planeta, salvarnos a nosotros mismos, hay niños chiquitos. Si ahorita nos estamos ahogando con el calor, cómo lo van a vivir las próximas generaciones”, agrega.
Finalmente, Eladio hace un llamado a la población a evitar los incendios forestales con acciones muy básicas como no arrojar colillas de cigarro a las hojas secas o si van a hacer una carne asada o fogata en algún predio o bosque, limpiar muy bien esa zona para evitar que las brasas calientes provoquen un siniestro. Explica que para ello pueden apagar el fuego y las brasas con agua, refresco o incluso taparla por completo con tierra sin hojarasca.
Agradece también a los ciudadanos que se han acercado durante los siniestros a ofrecer ayuda o hasta una botella de agua.
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