Elementos del Grupo de Respuesta a Emergencias y de la Brigada de Fusileros Paracaidistas realizan "barridos" en brechas y caminos rurales

Elementos del Grupo de Respuesta a Emergencias y de la Brigada de Fusileros Paracaidistas realizan "barridos" en brechas y caminos rurales

RED 113

Minas antipersona, un enemigo silencioso en Michoacán

El uso de estos artefactos ha costado la vida de miles de personas en el mundo; en la zona de Tierra Caliente su uso ha aumentado y ya cobró la vida de un civil

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- El pasado 13 de febrero, Humberto y su padre, Cristóbal, viajaban a bordo de una camioneta sobre una brecha en la comunidad de El Colomo, perteneciente al municipio de Tepalcatepec, cuando un estallido los sorprendió. Se trataba de un artefacto explosivo de fabricación casera tipo “mina”. En el sitio perdió la vida el padre, de 79 años; mientras que el hijo, de 45, resultó con lesiones severas, por lo que fue trasladado a recibir atención médica.

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Días antes, el 31 de enero, un convoy militar realizaba tareas de patrullaje en una brecha de la región de Tierra Caliente, cuando de repente un explosivo tipo mina detonó debajo de un vehículo tipo Sand Cat y causó heridas graves a uno de los elementos del Ejército Mexicano, mientras que otros resultaron con heridas menores.

“Las minas antipersona no tienen distinción ni por raza ni por religión, ni por género, ni si eres político, militar, o si eres campesino”, señala un colombiano con quien esta redacción tuvo la oportunidad de platicar; se trata de alguien que tiene amplio conocimiento en el tema y que vivió de cerca una situación similar en su país, pero por cuestiones de seguridad su nombre queda bajo reserva.

Estos hechos, que han marcado una diferencia en el tipo de estrategias que usa el crimen organizado, han provocado que se intensifiquen las acciones de las fuerzas armadas en la zona de la Tierra Caliente. Por ello, han llegado a Michoacán miles de elementos del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad, principalmente en la zona donde la presunta disputa entre grupos criminales ha tomado un nuevo giro para “generar pánico”.

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Entre los trabajos emprendidos por las fuerzas federales se ha establecido como una prioridad la localización y destrucción de las “minas”, para evitar que los habitantes resulten afectados, señala la agencia de noticias Red 113, la cual hizo un recorrido por la zona hace un par de días.

De acuerdo con datos de la 43 Zona Militar, en las últimas dos semanas han sido inhabilitados en caminos más de 250 explosivos. Elementos del Grupo de Respuesta a Emergencias y de la Brigada de Fusileros Paracaidistas realizan ‘barridos’ en brechas y caminos rurales en la zona de la Tierra Caliente.

“Tras los lamentables hechos en los que explosiones mataron a un civil y dejaron lesionado a su hijo, se determinó el establecimiento de un grupo especializado en la detección y destrucción de los aparatos que ocasionaron la tragedia”, subraya la agencia Red 113.

“Lo importante es que el gobierno no se deje amedrentar y que los combata con toda la fuerza y el rigor, así como se hizo en Colombia; yo sé que es algo fuerte, duro, porque deja muchas víctimas, deja desplazamientos, deja derramamiento de sangre, deja mucho rencor, deja muchas cosas que aún nosotros como país estamos hablando, pero es importante que el estado haga una pausa, mire a ver qué está pasando, por qué se está dando ese fenómeno y tome una estrategia para hacerle frente”, comenta al respecto nuestro contacto colombiano.

En Colombia la condena por elaboración, transporte o uso de artefactos explosivos es de hasta 20 años. En México la ley marca de 5 a 15 años.

Apenas hace unos días la Comisión Estatal de Derechos Humanos aseguró que el desplazamiento de pobladores de Tierra Caliente hacia Estados Unidos, o a otros estados del país, “es impresionante”, pues ahora están “siendo obligados a retirarse con toda su familia”. Hay entre 30 mil y 60 mil desplazados de la Tierra Caliente en el último año y medio debido a la inseguridad.

Son decenas de kilómetros de brechas en Michoacán las que han sido “peinadas” por el equipo anti-minas, y su labor continuará durante las próximas semanas, principalmente en los sitios donde ahora se tiene conocimiento de que los delincuentes han establecido sus campamentos.

Según nuestro entrevistado, a Colombia le ha costado caro el uso de estos artefactos, pues hasta la fecha aún hay zonas vetadas porque se sabe que hay minas, pero no dónde, y representan un grave riesgo para los civiles. Explica que hasta el 30 de noviembre de 2021, desde hace dos décadas aproximadamente, se tienen contabilizadas 12 mil 133 víctimas.

En el 81% de los casos, es decir, 9 mil 797, han provocado heridas; mientras que en el resto (2 mil 336) han provocado la muerte.

“En uno de cada 5 casos la víctima fallece; prácticamente Colombia ha sido uno de los países con mayor número de víctimas de la fuerza pública y esto ha significado que el total de 60% han sido integrantes de la fuerza pública y el 40% restante civiles”, explica.

Refiere que en su país hubo un momento clave en el que se comenzaron a usar estos artefactos, cuando sus filas empezaban a flaquear, a diluirse, es decir, cuando contaban con menos elementos entre sus filas.

“Empezaron a usar este tipo de artefactos para aumentar ese poder y ese control en los territorios. Con el fin de compensar esa falta de militares, por decirlo así, ellos empezaron a usar ese tipo de artefactos con el fin de compensar ese tema”, comenta al respecto.

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¿Qué son las minas antipersona?

“Son armas de destrucción indiscriminada; son pequeñas, livianas; pueden ser producidas, usadas y transportadas por una o dos personas. Las heridas que producen las minas antipersonas son graves; el propósito de estas armas es matar o discapacitar de por vida a las víctimas”, explica el entrevistado.

Subraya que, al ser armas que se fabrican de forma rudimentaria y a bajo costo, propician su uso por parte de diferentes grupos delictivos, y explica que hay dos tipos:

“Están las MAP (minas antipersona), que son artefactos explosivos que pueden herir, mutilar o matar una o más personas y son las que se activan por la propia víctima, son las que ustedes conocen que cuando pisa la persona el émbolo de la carga explosiva se detona”, y las “MUSE (municiones sin explotar), que son los artefactos explosivos que no estallaron luego de ser lanzados o abandonados intencionalmente o por descuido; granadas, morteros, municiones”.

Trabajo cauteloso

Primeramente, cuatro oficiales pie tierra van buscando algún indicio que alerte sobre la presencia de alguna amenaza enterrada. Normalmente se trata de cables que sobresalen de entre el terreno y van conectados a una fuente de energía que puede ser una batería o algún radio y delatan, en un primer momento, la presencia de alguna mina “artesanal”.

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En caso de que sea descubierta alguna de las “minas”, de inmediato se asegura la zona y se procede a “peinarla” con un detector de metales, que permite confirmar o descartar cualquier riesgo.

En cuanto el detector emite señales de alerta, el perímetro se amplía y se restringe el paso por seguridad de los propios soldados, al tiempo que el especialista en desactivación se instala el traje de blindado (con un peso de 55 kilos) para poder acercarse con la protección adecuada.

Posteriormente, de forma muy cautelosa, el elemento se aproxima al probable sitio donde se ubica la mina y realiza una minuciosa revisión del área, procurando determinar el tipo de artefacto y la ubicación de la fuente de energía.

Enseguida, el experto en explosivos desactiva el aparato para evitar que detone, y minutos después, de forma controlada, es destruido, eliminando así cualquier riesgo para los uniformados o civiles.

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Estragos en todos los sentidos

Esta nueva modalidad de los delincuentes que ahora se vive en Michoacán, y que en Colombia tuvo como fin “proteger territorios estratégicos para cometer sus actos delictivos, eso por un lado, proteger las rutas del narcotráfico e impedir el avance de la fuerza pública hacia campamentos o laboratorios del procesamiento de drogas o cultivos ilícitos”, provoca no sólo pánico, sino desplazamientos forzados, además de ahuyentar la inversión en municipios, regiones o estados enteros.

“Michoacán tiene riqueza en muchos sentidos: cultura, diversidad, turismo; todo eso se ve afectado”, agrega, y reitera que “tiene un trasfondo tanto de ancho como de largo; es importante que el estado le brinde toda la atención”.

Heridas que no sanan

El proceso de desminado empezó en 2006, luego llegó la firma del tratado de la paz entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC); se crearon los programas de limpieza en conjunto. Incluso, personas que antes pertenecían a guerrillas o grupos paramilitares, hoy colaboran en la ubicación de estos artefactos. “Había zonas del país que estaban vetadas, es decir, que uno no se podía meter, ya que era un campo minado”, recuerda.

“Es imposible determinar cuántas minas hay sembradas en el país. Incluso para el proceso de desminado se ha acudido a exintegrantes de la guerrilla, porque ellos son los que realmente saben dónde están sembradas las minas. Debe ser una cifra incalculable”, explica. Los datos más actualizados revelan que de enero a noviembre de 2021, a 15 años del tratado de paz, aún se contabilizaron 141 víctimas en Colombia a causa de las llamadas minas antipersonas.

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