Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- El pasado 21 de marzo inició formalmente la primavera, considerada la época más calurosa del año, y el 98.2% del territorio estatal presenta algún grado de sequía, de acuerdo con el Monitor de Sequía de México que realiza la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con actualización al día 15 de este mes.
El documento de la Conagua detalla que 15 municipios michoacanos presentan un grado de sequía extrema, y otros 50, sequía moderada.
Los factores son variados, desde la falta de lluvias hasta el uso indiscriminado del agua para diversos fines. En Michoacán, por ejemplo, gran parte del agua que se tiene se utiliza para el cultivo de aguacate, considerado el oro verde por su alta rentabilidad, pero que poco a poco deja más marcada la llamada huella hídrica en el territorio estatal.
En el reportaje titulado “Aguacate, devorador de agua”, publicado en Publimetro y MiMorelia.com el pasado 12 de septiembre, el profesor-investigador titular C de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) Alberto Gómez-Tagle, quien participó en el estudio “Blue and Green Water Footprint of Agro-Industrial Avocado Production in Central Mexico”, alertaba que en el caso de Uruapan se llegaban a necesitar hasta mil 71 litros de agua para producir un kilogramo de aguacate en condiciones de riego; mientras que en el caso de los cultivos de temporal eran necesarios 417 litros para obtener un kilo del fruto.
Un producto que bien podría ayudar a reducir el impacto ambiental de la producción del aguacate u otros frutos es la llamada “lluvia sólida”, un polímero biodegradable no tóxico que permitiría reducir entre 50% y 90% el consumo de agua en la agricultura.
Este polvo fue desarrollado hace algunos años por el ingeniero –ya retirado– del Instituto Politécnico Nacional (IPN) Sergio Jesús Rico Velasco.
Y es aquí donde la “lluvia sólida” puede funcionar, ya que el agua de lluvia o de riego es absorbida por el polvo y la libera de a poco para mantener hidratada la raíz, y además tiene una vida útil de 6 a 8 años.
¿Qué es la lluvia sólida? Lluvia sólida es un granulado, parecido al azúcar, que entra en contacto con el agua y se expande hasta 400 veces su peso en agua, dependiendo de la calidad del agua, y queda como una gelatina de color transparente que va liberando el agua para mantener hidratada la raíz de las plantas o cultivos.
En entrevista con MiMorelia.com, el ingeniero informó que ya se trabaja con algunos productores en el estado de Michoacán, tanto de aguacate como de frutillas, en el uso de la “lluvia sólida”.
“Con aguacate hemos tenido excelentes resultados en Michoacán y el Estado de México, reduciendo la huella hídrica. Por ejemplo, un señor de La Piedad estaba regando una vez a la semana; ahora está regando una vez al mes. Otro de Ario gastaba –no tenía bien definido cuánto gastaba en agua, lo que hacía era que a través de bombas de diésel sacaba el agua de pozos y de ahí regaba y se gastaba alrededor de 45 mil pesos mensuales de diésel, y cuando echó ‘lluvia sólida’ estaba regando cada veintitantos días, entonces redujo su consumo de 45 mil a 15 mil pesos mensuales de diésel, y como el árbol se mantuvo hidratado, no hubo aborto; los aguacates son mucho más grandes y sacó más producción y recuperó la inversión; fue un retorno como de 60 veces en cuatro años”, explicó.
¿Cómo? Es un polvo que se coloca en la tierra de los cultivos y absorbe el agua de riego o lluvia y la libera poco a poco en la raíz
En el mismo reportaje que se cita más arriba, el extitular de la Comisión Estatal del Agua y Gestión de Cuencas, Germán Tena Fernández, advertía que el cambio de uso de suelo y la plantación indiscriminada de aguacate ocasionan que cada vez haya menos agua en los manantiales y mantos freáticos del estado.
“El cultivo de aguacate ha crecido exponencialmente y el bosque ha decrecido, y eso ha provocado que los mantos freáticos de Michoacán también vayan decreciendo, porque el aguante consume mucha agua. En el caso de la cuenca del Cupatitzio, se ha reducido año con año. Hace unos 10 años producía más de un metro cúbico de agua por segundo; la última información que recuerdo yo era de 600 litros por segundo”, comentó.
Aseguraba que tarde o temprano habría una investigación, como lo establece el propio T-MEC, lo cual ocurrió a inicios de este año.
En los primeros días de febrero se dio a conocer que un mexicano presentó ante la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) una queja en la que afirma que el país incurre en omisiones en la aplicación efectiva de sus leyes ambientales para proteger los ecosistemas forestales y la calidad del agua frente a los efectos adversos en el medio ambiente causados por la producción de aguacate michoacano.
En la petición SEM-23-002, el mexicano, de quien no se revela su identidad, aseveró que el país omite la protección de recursos forestales e hídricos en Michoacán ante el impacto ambiental y la deforestación causados por la ininterrumpida expansión de las plantaciones de aguacate.
Posteriormente, el titular de la Secretaría de Medio Ambiente en Michoacán (Secma), Alejandro Méndez López, dio a conocer que ya trabajan en una certificación para acreditar que las huertas realicen buenas prácticas agronómicas y no contribuyan a la deforestación.
Volviendo a la charla con el ingeniero Leonardo Rico, declaró que la deforestación y el cambio de uso de suelo han sido uno de los problemas más graves que enfrenta Michoacán, ya que “mucha gente le quiere entrar al negocio del aguacate, que ha sido un buen negocio; aquí la cuestión es que la huella hídrica es muy alta”.
Señaló que restaurantes de Europa y Estados Unidos “ya van a empezar a no aceptar aguacate”, por el impacto ambiental que tiene su producción y, por el contrario, “lo van a sustituir por otros cultivos o vegetales que no tengan tanta huella hídrica”.
Finalmente señaló que la “lluvia sólida” es una buena opción, pues aparte de reducir el consumo de agua, ya sea por temporal o riego, también permite disminuir los costos y aprovechar mejor el líquido.
“Mucha gente no acepta lo nuevo; ‘lluvia sólida’ implica cambio de mentalidad, implica cambio de forma de trabajo y de probar algo nuevo, y hay mucha gente que dice ‘yo así he trabajado desde mi abuelo y no tengo por qué cambiar y cómo sé que va a funcionar’”, comentó.
AC
