Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- En la periferia del centro histórico de la ciudad, en el camellón de la calle Cuautla, se encuentra la Pila del Soldado Mexicano, una hermosa fuente ornamental construida en 1883 para abastecer de agua al antiguo barrio del Zacatito.
En 1974, como parte del embellecimiento de la capital michoacana, el Gobierno decidió retirar la Pila de su ubicación original, situada cerca de la esquina que forman la calle Cuautla y Corregidora. La fuente fue rehabilitada, se redujo su diámetro y se decidió trasladar al camellón actual.
Se dice que el nombre proviene de un antiguo tendejón que había en las cercanías de la fuente, pero algunos señalan la siguiente leyenda como el origen de esta peculiar designación.
Durante la Segunda intervención francesa la situación política del país se volvió cada vez más oscura. Después de su derrota en Puebla el 5 de mayo de 1862, las tropas francesas continuaron su campaña logrando tomar posesión de la Ciudad de México el 10 de junio de 1863, dejando la capital bajo control conservador. La nación mexicana adoptaría por forma de gobierno la monarquía moderada, estableciendo en su proceso el Segundo Imperio Mexicano.
En diciembre de 1863, la ciudad de Morelia fue atacada y ocupada bajo la bandera del bando conservador encabezado por el general Leonardo Márquez, leal servidor del emperador Maximiliano. Los liberales, que habían sido expulsados de la capital michoacana, decidieron reorganizar el próximo ataque para tomar la ciudad.
Cuentan las viejas historias de la ciudad, que entre los sitiadores liberales se encontraba un joven soldado, que por azares del destino había sido reclutado para servir al ejército liberal de Benito Juárez, prometiéndole riquezas al triunfo de la causa. Más nada sabía y poco comprendía de la futura lid que le esperaba.
La vida durante este período no fue fácil, las diferencias entre liberales y conservadores llevaron a la separación de familias enteras, provocando que una vez más se derramara sangre en contienda de hermanos. El soldado había perdido a su familia, incluso a su novia, puesto que luchaba con el bando liberal.
El desolador silencio de la ciudad fue abruptamente detenido con el horrido estruendo de la artillería. Las tropas del general Leonardo habían repelido el ataque provocando la retirada liberal. Los pavorosos gritos de agonía destemplaban a los demás combatientes que mantenían paso firme directo a las oscuras fauces de la muerte, tratando de mantener la defensa en la garita de Chicácuaro.
El joven recluta permaneció con terror mortal junto a una pared, observando un desfile de sombras espeluznantes desmoronarse lentamente hacia la eternidad. El soldado decidió esconderse hasta que una vez más, el silencio lo envolvió todo. Sin saberlo, sus compañeros habían sido evacuados de la ciudad y solo quedaba él atrapado en territorio enemigo.
"¿Para qué son las guerras?, ¿cuál es el propósito de las luchas humanas?, ¿por qué se matan los unos con los otros?", se preguntaba el soldado mientras caminaba por las calles desiertas de Morelia, en completa soledad, abandonado por su familia, su pareja y su batallón.
De pronto el silencio fue interrumpido por los clarines conservadores que celebraban la victoria y los pasos próximos de un batallón conservador que se acercaba. El soldado trató de ocultarse, más todo fue inútil, un miliciano lo descubrió y con un certero ataque decapitó al soldado mexicano.
Después de mucho tiempo y habiendo sucedido tantos sucesos, nadie se acordaba de aquel soldado anónimo que un día de diciembre amaneció decapitado por las cercanías del barrio del zacatito. Fue hasta los días de la Revolución cuando se registró en Morelia la aparición de un soldado en las cercanías de la fuente, recordando a la gente lo sucedido en los lejanos días de la Intervención francesa.
Se dice que aquella alma, que perdió todo en la vida, regresa del más allá para trasmitir sus duras experiencias a los jóvenes inexpertos y aconsejar a los hombres que no se maten. Más nadie lo comprende y todos huyen de su sombra siniestra, cuyo espíritu aún ronda el antiguo barrio, vagando por siempre alrededor de la famosa pila.
Relato inspirado en la obra del poeta y ensayista José Zavala Paz.
AVS
