Morelia, Michoacán (MiMorelia.com). – Durante muchos años se ha corrido el rumor sobre la existencia de una red de túneles ubicados en el subsuelo del centro histórico de la ciudad de Morelia, se piensa que algunas de estas construcciones podrían conectarse entre ellas y en unos casos terminarían por desembocar en socavones ocultos en diversos edificios históricos.
Durante algunos años los rumores de la existencia de los famosos túneles de Morelia crecieron. Al principio la mayoría de la información sobre su veracidad provenía de viejas leyendas, posteriormente y gracias a los estudios realizados por investigadores de la UNAM y de la UMSNH se ha logrado probar la posibilidad de que realmente existan, descartando en su paso algunas oquedades, criptas y aquellos casos que se llegaron a confundir con el antiguo sistema de drenaje e incluso aljibes de casas particulares.
Con el tiempo, diversos medios de comunicación e historiadores comenzaron a divulgar la información concerniente a los túneles provocando un creciente interés en la población sobre el patrimonio que yace en el subsuelo de Morelia.
Fue durante la rehabilitación de un cuarto en el interior de una casa particular cercana al Palacio de Gobierno en que se descubrió un socavón con vestigios arquitectónicos que presuntamente fungía como entrada a un túnel, dejando en claro la veracidad de su existencia.
Actualmente y gracias a los esfuerzos del gobierno, instituciones educativas y civiles lograron crear el denominado proyecto “Morelia Soterrada” que precisamente busca estudiar el estado de las estructuras, la inversión necesaria para su apertura y la factibilidad de la planificación con la finalidad de impulsar el desarrollo turístico de Morelia.
En 2010 comenzaron los estudios para localizar oquedades o estructuras que podrían existir en los alrededores de la Catedral de Morelia a través de una técnica geofísica conocida como tomografía de resistividad eléctrica tridimensional aplicada por investigadores de la UNAM en la cual se mostraron la posible evidencia de la existencia de galerías debajo del subsuelo de la Catedral.
Existe una vieja leyenda que describe la existencia de un olvidado y soterrado socavón sumergido en la penumbra de los misterios más indescriptibles. Las conjeturas de los curiosos que conocían la entrada de aquella peculiar cueva en la loma de Santa María hacia delirar incluso al más cuerdo: ¿acaso habrá tesoros escondidos?, ¿será la entrada de antiguas tumbas prehispánicas? ¿O solo será el escondite de peligrosos bandidos?, lo cierto es que por las noches brotaban fantasmagóricos lamentos de aquel recoveco ahuyentando inclusive al más temerario de los valientes.
Los más longevos, dotados de la sabiduría que brinda la experiencia, aseguraban que la referida cueva escondida entre los espesos matorrales de una pendiente se trataba de la entrada (o salida) de un extenso túnel que conectaba Santa María con el cuarto en donde se guardaban los tesoros más valiosos de la majestuosa Catedral, mismo que fue usado para cometer un histórico robo despojando de las riquezas que el obispado había adquirido con el paso del tiempo.
Se afirma que cuando las autoridades eclesiásticas se percataron de la ausencia del dinero decidieron poner cartas en el asunto, encontrando en su búsqueda la entrada del túnel por donde se había cometido el ilícito. Al recorrer la estructura soterrada se logró dar con el paradero de una parte del botín, así como algunos de los responsables que serían aprehendidos. Además, se percataron que en cierto punto aquel túnel se dividía en dos caminos: uno que desembocaba al socavón de Santa María antes señalado y otro que conducía a una vieja casona que sirvió como mesón. También se dice que algunos de los ladrones que intentaron escapar quedaron enterrados en la cueva y sin la posibilidad de salir murieron de hambre y sed.
Sea mito o realidad, la existencia de este inverosímil túnel quedó soterrado como uno de los grandes misterios de la antigua Valladolid, hoy Morelia. Por mucho tiempo se afirmó que al rehabilitar o construir las viviendas del centro era posible encontrar socavones, algunos pertenecientes a las antiguas estructuras destinadas para ser aljibes, pero la naturaleza de otras no correspondía a una estructura especifica siendo posible encontrar monedas antiguas en el suelo, mismas que presuntamente eran las que caían de los sacos cuando los ladrones las usurpaban.
Relato inspirado en la obra: “Leyendas de la muy noble y leal ciudad de Valladolid hoy Morelia” de Francisco de Paula León.
Actualmente se conocen presuntas entradas en diversos puntos de la ciudad, pero la mayoría se encuentran bloqueadas, dejando en la incertidumbre su posible veracidad; ¿qué misterios encierran?, ¿Por qué fueron bloqueados?, ¿habrá sido para evitar robos como el citado en la leyenda?, es posible que algún día salga del subsuelo la verdad de su existencia, mientras tanto solo nos queda escuchar las viejas historias que giran en torno al tema y esperar los resultados del proyecto “Morelia Soterrada”.
Consiste en la investigación y realización de los estudios pertinentes para constatar la existencia de túneles en la ciudad de Morelia con la finalidad de rescatar el patrimonio soterrado y fomentar el desarrollo turístico de la capital michoacana.
De acuerdo con los estudios realizados por investigadores del departamento de Geomagnetismo de la UNAM coordinados por el Dr. René Chávez Segura en 2010, se logró encontrar al menos cuatro cavidades (o anomalías) localizadas en el subsuelo de la Catedral de Morelia con un diámetro aproximado de 6, 12 y 20 metros, sin embargo, solo en unos casos se logró observar la aparente intervención de la mano humana, sobre todo en dos cavidades que podrían tratarse de un túnel que conecta la Catedral con el Palacio de Gobierno y otro que se asocia con las antigua cripta de los Obispos.
La situación de las cavidades (o de los túneles) es desconocido ya que podrían estar inundados, derrumbaos o azolvados, provocando dificultades para su apertura y podrían representar un peligro no solo de salud, sino también para el propio estado del subsuelo.
Con la contingencia ambiental provocado por el SARS-CoV-2 el proyecto tuvo que suspender actividades, pero el pasado 30 de junio del presente año, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla ofreció su apoyo para dar continuidad al proyecto que Alfonso Ortega Caire promueve junto a Gaspar Hernández Razo, José Carrillo Ambríz y Roberto Monroy García para continuar con los estudios necesarios sin perjudicar el patrimonio tangible de Morelia.
