Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La educación es indispensable para el desarrollo social y económico de cualquier país, estado o municipio, y los docentes son pieza fundamental para ello, porque tienen la responsabilidad de formar personas y profesionistas. En el caso de Michoacán, el magisterio ha pasado por un proceso de cambios en los últimos años, por distintos factores, que de alguna manera han influido en su labor.
En la década de 2010 a 2020 el número de docentes en el estado aumentó 15.5%, al pasar de 69 mil 241 a 80 mil 019, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En ese mismo periodo el número de planteles educativos aumentó de 12 mil 125 a 12 mil 203, es decir, apenas un 0.6%; mientras que el número de alumnos en Michoacán creció 2.59%, al pasar de un millón 205 mil 581 a un millón 236 mil 818.
Entre los cambios que ha vivido la educación en el estado está que el docente pasó de ser una figura impositiva a una más humana.
“La figura del docente ha cambiado, ahora hay más cursos y talleres para que podamos impartir mejor nuestras clases. Ahora ya no es el maestro el único poseedor del conocimiento. El aprendizaje es mutuo”, comenta Martín, un profesor de educación media superior que tiene 25 años dando clases.
En tanto, la maestra de primaria Karina Zamora, quien lleva 12 años impartiendo clases, considera que programas televisivos donde ridiculizan al docente han tenido un impacto negativo para ellos, principalmente en las ciudades.
“La imagen del maestro michoacano se ha deteriorado”, lamenta, y lo atribuye a los medios de comunicación, pues considera que los integrantes del magisterio son señalados sin conocer las causas (de lo que se critica) ni lo que se tiene que vivir para lograr las metas como docente.
Al respecto, Liliana Vázquez, docente de secundaria con ocho años frente a grupo, califica como positiva la figura del docente, la cual “sí ha cambiado en los últimos años”.
“Claro que ha cambiado, y ha sido para bien, pues anteriormente los docentes eran vistos como personas de absoluto conocimiento pero, y a pesar de que constantemente nos estamos preparando, también aprendemos de nuestros alumnos”, afirma.
La falta del material necesario para impartir las clases, equipos obsoletos o incluso faltas de respeto y hasta daño a la propiedad, son algunos de los problemas que a menudo enfrentan los profesores de todos los niveles educativos, no sólo en Michoacán sino a nivel nacional.
Se trabaja con lo que se tiene y lo mejor que se puede, coinciden los docentes.
“Las condiciones no son las óptimas, ni de materiales para pruebas de laboratorio ni prácticas en talleres. En cuanto a las instalaciones, son obsoletas; nuestros equipos, con los que se imparte la educación tecnológica, ya son muy anticuados”, lamenta Martín Zaragoza.
Karina Zamora, quien imparte clases en una comunidad del municipio de Tzitzio, señala que las escuelas en zonas alejadas carecen de infraestructura, pues faltan cosas tan básicas como techumbres en los patios.
De acuerdo con datos del Inegi correspondientes al ciclo escolar 2020-2021, en la educación básica –preescolar, primaria y secundaria– se concentraba el 68.1% de los docentes del estado, con 54 mil 511; mientras que 14 mil 97 eran de educación media superior y 11 mil 412 de educación superior.
Al inicio de ese ciclo escolar había aproximadamente 15 alumnos por cada docente en la entidad.
En el último par de años los cambios en la educación se acentuaron por diversos factores, entre ellos la pandemia de Covid-19, que obligó a muchos docentes a actualizarse y aprender a usar las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
Adicionalmente enfrentaron problemas emocionales, de salud física y la falta de equipo, por lo que muchos tuvieron que “echar mano” de sus ahorros para comprar cámaras web, micrófonos, computadoras más modernas o dispositivos móviles. Estos problemas no sólo fueron el “dolor de cabeza” de los maestros, sino de los padres de familia y los propios estudiantes.
Cabe recordar que la maestra “Kary”, en 2020, al inicio de la emergencia sanitaria por el Covid-19, fue admirada por muchos, después de que se hiciera viral un video donde acudía a las comunidades más adentradas y alejadas de la urbe, a las viviendas de sus alumnos, para llevarles las actividades escolares, ya que no hay conectividad a Internet ni líneas telefónicas.
“No estábamos preparados ni emocionalmente ni tecnológicamente. Muchos maestros y alumnos no teníamos las herramientas para trabajar en casa. Se tuvo que construir una serie de elementos técnicos y pedagógicos para trabajar. Muchos alumnos tampoco tenían equipos ni acceso a Internet”. En el aspecto emocional había chicos que no se sentían en clase”, expresa Martín Zaragoza.
“Uno de los problemas más fuertes que enfrentamos los docentes en los tiempos de las clases a distancia fue que no todo el alumnado contaba con acceso a Internet, así como la situación socioeconómica en la que se desenvuelven, pues hubo padres de familia a los que les tocaba dejarles su teléfono a sus hijos para que tomaran clases”, recuerda Liliana.
Por otra parte, debido a la pandemia, 53 mil 850 alumnos de Michoacán dejaron sus estudios durante el ciclo escolar 2020-2021, lo que representó alrededor del 5% del total, de acuerdo con datos de la Secretaría de Educación en el Estado (SEE).
El sector más afectado fue el de nivel medio superior, donde 23 mil jóvenes abandonaron las aulas.
Los tres docentes entrevistados por este diario subrayaron la importancia de tener una relación de respeto con los alumnos y los padres de familia.
Karina Zamora expresa que encontró apoyo de las familias. “En mi comunidad son muy respetuosos los niños”.
En este sentido, Martín Zaragoza (maestro de preparatoria) asegura que la relación con sus alumnos siempre ha sido cordial y de colaboración; sin embargo, reconoce que “todos los maestros nos exponemos a alguna situación de falta de respeto porque a algún chico no le caigamos bien”.
EA
