Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Durante el invierno 2023-2024 se redujo 59.3% la superficie ocupada por la Mariposa Monarca en los bosques de Michoacán y del Estado de México, al pasar de 2.21 hectáreas en la temporada 2022-2023 a 0.9 hectáreas en la que acaba de concluir, de acuerdo al reporte anual realizado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con el estudio, se contabilizaron nueve colonias, cuatro en Michoacán y cinco en el Estado de México. Sin embargo, el mismo estudio revela que en esta temporada se localizaron cinco colonias dentro de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca y cuatro fuera de ella. Las colonias más grandes se detectaron fuera, en el ejido San Antonio Albarranes, en el santuario Palomas, con 0.34 hectáreas, y en el ejido Ojo de Agua, Santuario de Peña Ahumada, con 0.21 hectáreas, ambas en el Estado de México. En el ejido El Rosario, en el santuario Sierra Campanario, Michoacán, donde se ubica tradicionalmente la colonia más grande, las mariposas ocuparon una superficie de 0.19 hectáreas. Por segunda ocasión la colonia de El Rosario no fue la colonia de mariposas más grande.
“Entiendo que llegaron pocas mariposas porque en 2023, así como fue muy seco en México, también lo fue en algunas partes de Norteamérica y la producción de flores y de néctar de las flores en el camino migratorio seguramente fue pobre y eso mermó la sobrevivencia de las mariposas migrantes”, dijo al respecto el investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) Cuauhtémoc Sáenz Romero.
En el reportaje titulado “Mariposa Monarca, en peligro; su hogar se enfrenta al deterioro”, publicado el 25 julio del 2022, el investigador alertaba que, con el aumento de las temperaturas, el clima que ocurría a tres mil metros de altura, que es el que se tiene al borde de la reserva de la Monarca, ya no ocurre a esa altitud, sino a una mayor, por lo que las mariposas están buscando nuevos lugares.
“Lo segundo muy sorprendente es que la mayoría de las mariposas están fuera de la reserva, pero el sitio en donde hubo mayor presencia de mariposas, que es en Los Albaranes, en el Estado de México al suroeste del Nevado de Toluca, supondría que es un sitio de elevada altitud y tal vez las mariposas están buscando sitios más fríos para compensar un 2023 extraordinariamente cálido por el fenómeno de El Niño”, agregó el investigador, al señalar, además, la importancia de complementar la conservación dentro y fuera de la reserva.
“Hay que explorar la posibilidad de establecer sitios de estancia invernal para la Mariposa Monarca, a mayores altitudes que donde se encuentran actualmente los bosques de oyamel”.
El doctor en Forestería, orientado al mejoramiento y estudio genético de las plantas, recordó que desde hace tiempo se realizan estudios de recolección de semillas de oyamel para plantarlas a mayor altitud, con ello se busca construir sitios adecuados a mayor altura. Además de realizar con éxito la reforestación, se busca brindar la protección de las coníferas con otras plantas para que estos árboles se puedan desarrollar adecuadamente.
“Visité la colonia de Sierra Chincua y la de El Rosario y es sorprendente la altitud de la de El Rosario, que deben ser algo así como 3 mil 450 metros, lo cual es más alto de lo normal y es un indicador de que la Monarca tiene cierta flexibilidad en donde llega a su estancia invernal y pareciera que está buscando más frío”.
Poco alimento
Cuauhtémoc Sáenz señaló que el aumento de temperaturas y la sequía también impactó en “la migración, en la producción de flores y néctar, necesarios para su viaje de Canadá a México, y en su reproducción. La menor producción de asclepia, la planta de la cual se alimentan sus larvas, fue mucho menor, (esto afectó) más allá de la alteración del habitad”, comentó.
La asclepia, agregó, es vital para la reproducción de las tres generaciones de México a Canadá, el néctar es vital para su viaje de Canadá a México, y en nuestro país es necesario un microclima muy particular que busca la mariposa para su estancia invernal, el cual requiere una estrecha combinación de factores que aseguran temperaturas ni demasiado frías como para congelarse ni tan calientes para evitar gastar excesivamente las reservas que necesitan para volar de regreso a Texas.
Cuauhtémoc Sáenz consideró que hay buenos esfuerzos por parte de autoridades federales, estatales y municipales, así como ONGs y comunidades, para brindar la seguridad en la Biósfera de la Monarca, sin embargo, señaló que se pueden mejorar algunas acciones como la reforestación.
“Creo que es necesario modificarlo y hacerlo más sofisticado para enfrentar un reto nuevo que es el cambio climático. Si no hay más recursos, con los que se tiene, plantar más plantas de oyamel, pero de una manera distinta, con la protección de arbustos, como plantas nodrizas, pero eso es más caro, el costo por planta de oyamel se duplica o se triplica, pero es mejor tener pocas plantas vivas, caras, que muchas pantas baratas pero muertas”, reiteró.
Pocas mariposas
Las cifras registradas en este monitoreo 2023-2024 representan históricamente la segunda menor superficie ocupada por las colonias de mariposas Monarca en México desde 1993, cuando se inició su monitoreo sistemático, solo precedido por las 0.67 hectáreas detectadas en 2013-2014, señala la Conanp.
Al respecto, el investigador considera que el número podría ser menor, ya que, incluso, durante los recorridos que hizo notó mucha dispersión de las mariposas.
“Las colonias están increíblemente dispersas, la superficie ocupada no es una representación de la abundancia. Si pudiéramos traducir la superficie actual, considerando el grado de concentración de mariposas por hectáreas, el número, yo pensaría que es menor al récord de 0.6 hectáreas”, explica.
Cronología
2022–2023: 2.21 hectáreas
2021-2022: 2.84 hectáreas y diez colonias
2020–2021: 2.10 hectáreas
2019-2020: 2.83 hectáreas y 11 colonias
2018-2019: 6.05 hectáreas
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