Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La diabetes mellitus es la segunda causa de muerte a nivel nacional y en Michoacán. En nuestra entidad, durante 2019 se rebasaron las 13 mil atenciones médicas por dicha enfermedad, incluidas 14 de niños. Y es que desde hace años, la de tipo 2, conocida como no insulinodependiente, afecta también a los menores.
"Anteriormente, la diabetes mellitus tipo 2 era considerada enfermedad de los adultos, pero ahora con esos cambios transicionales que hay, tanto en el ambiente como en la alimentación, los niños han desarrollado obesidad grave, con obesidad mórbida, y estos problemas han llevado a que estos niños ya presenten desde los 8, 10 años, si no es que antes, este tipo de diabetes", expresa la especialista del Centro de Investigación Biomédica de Michoacán (CIBIMI) del IMSS, Anel Gómez García.
Subraya que si bien la población mexicana es genéticamente susceptible tanto a la obesidad como a la diabetes, al cáncer y a la hipertensión arterial, debido a la mezcla mestiza, no necesariamente va a desarrollar esas enfermedades.
Por ello remarca en la importancia de tomar conciencia, sobre todo los adultos padres de familia, acerca de los buenos hábitos alimenticios, evitando la comida "chatarra", grasas y alta en azúcares, así como de la realización de actividad física, factores que inciden en prevenir e impedir en gran medida esos malestares crónicos.
"Porque el niño no decide, no sabe que una verdura le hace bien, o que una golosina le va a hacer daño. Es tomar conciencia del adulto, porque se tiene que responsabilizar de la salud de sus hijos; no dejar al niño que decida qué quiere comer. Es difícil concientizar a un adulto de que cambie sus hábitos de alimentación; es muy difícil. Es más fácil incidir en los niños, pero ¿quién le da de comer a los niños?, los papás", señala la investigadora en entrevista.
Las personas con obesidad son más propensas a padecer diabetes mellitus 2; hasta el 80 por ciento en esas condiciones presenta el padecimiento crónico. De hecho, México es el primer país a nivel mundial en niños obesos, y el tercero en adultos con tales características, sin que disminuya la tendencia, aun cuando en 2016 se declaró la emergencia epidemiológica por ambos males.
Respecto a los infantes de 5 a 11 años de edad en territorio mexicano, la obesidad se incrementó del 15.3 al 17.5 por ciento del 2016 al 2018, de acuerdo a las encuestas Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) de ambas anualidades.
En cuanto a la diabetes tipo 2, pasó de 6.4 millones a 8.6 millones de enfermos de 20 y más años de edad a nivel nacional, entre 2016 y 2018, y en este último año, el 44 por ciento tuvo problemas de visión disminuida; al 8.7 por ciento le bajó el azúcar y requirió ayuda de una tercera persona; el 7.1 por ciento presentó úlceras en piernas o pies; y el 5.8 por ciento la pérdida de la vista, como los principales consecuencias del padecimiento.
En Michoacán, la ENSANUT refirió que en 2018 prácticamente la décima parte de su población adulta (20 y más años de edad) tenía un diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2, equivalente a 294 mil 199 personas.
Sobre los nuevos casos atendidos en instalaciones médicas de la geografía michoacana, en 2016 la cifra de la Secretaría de Salud federal llegó a 10 mil 691, el 59 por ciento de mujeres. Un año después contabilizaron 12 mil 610, el 58.4 por ciento féminas; en 2018 sumaron 12 mil 320, igual mayoría las personas del sexo femenino, con el 59.6 por ciento, y durante 2019 ascendieron a 13 mil 983, datos preliminares.
Pero los menores también mostraron casos en la entidad. Tanto en 2016 como en 2017 los del grupo etario de 10 a 14 fueron tres por cada año. Dos en 2018, y la anualidad anterior subieron a 14, un aumento considerable. Es decir, 22 niños y adolescentes con ese padecimiento entre 2016 y 2019.
Anel Gómez, con doctorado en Farmacología por la Universidad de Guadalajara (UdeG), aludió a un estudio realizado hace cinco años en la Unidad de Medicina Familiar número 80 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Morelia, con alrededor de 200 menores de entre 8 y 11 años de edad, donde cerca del 10 por ciento registró alteración en su glucosa, "estaba en los límites de lo que llamamos pre-diabetes".
De igual manera tenían altas concentraciones de insulina que con el paso del tiempo y si seguían con la misma alimentación seguramente desarrollarían diabetes mellitus en un futuro, agrega.
Otro factor que incide es el sedentarismo, derivado por una parte de la actividad laboral de los padres de familia, y de la inseguridad en las calles. "Es mejor tener controlado al niño con la tablet, el celular, la televisión, con los videojuegos, que dejarlo correr".
Dentro del IMSS la atención a los infantes se da en primera instancia con el médico familiar quien, si detecta problemas de obesidad e incluso de diabetes, en colaboración con los padres envía a los pacientes al departamento de nutrición a fin de establecer una dieta, e igual en psicología pues, señala la investigadora del CIBIMI, es probable el niño tenga un síndrome de ansiedad y por eso consuma alimentos de más.
Sin olvidar el seguimiento en el laboratorio clínico y un programa de actividad física. Incluso apuntó que como medida de prevención, desde los seis meses de vida ya pueden desarrollar hábitos de natación y de ejercicios específicos a su edad, con especialistas y también para su desarrollo cognitivo.
Recalcó que mientras los mexicanos no se concienticen sobre un cambio en su alimentación y en la relevancia de practicar ejercicio o alguna activación física todos los días al menos 30 minutos, y además inculcar esas costumbres en sus hijos, no funcionarán las estrategias contra obesidad y diabetes, como se refleja en los resultados de la ENSANUT.
Puso de ejemplo que en el módulo de obesidad en las unidades médicas del IMSS en Morelia, pese al apoyo del médico familiar, especialistas en psico-obesidad y en nutrición, "de los mil pacientes que han pasado por ahí, yo creo que sólo el 10 por ciento ha tenido una disminución del peso corporal".
Asimismo llamó a los padres de familia a que lleven a sus hijos a realizarse estudios de rutina, no necesariamente si tienen obesidad, pues en la citada investigación realizada en la clínica 80, dos de los niños no padecían sobrepeso y presentaron alteraciones en la glucosa e insulina. "A lo mejor les va a doler un piquetito en la vena del brazo, pero que valoren qué les va a doler más, si un piquetito en el momento o toda la vida de su hijo con diabetes".
En otro tema, Gómez García informó que Morelia será sede del XXVI Foro Norte de Investigación en Salud, donde del 10 al 12 de junio próximos en el hotel dentro del Centro de Convenciones, expertos de México, España y Estados Unidos, ofrecerán los avances en temas como obesidad, diabetes, enfermedades vasculares cerebrales, dengue, a través de 12 simposios, conferencias magistrales y talleres.
Por: Redacción/CA