Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- En un Juego 3 de las Finales NBA que quedará grabado en la memoria, los Indiana Pacers dieron una lección de básquetbol y vida: no siempre gana el más talentoso, sino el que más lo desea. Frente a un Oklahoma City Thunder lleno de estrellas, los Pacers se impusieron con una exhibición de esfuerzo colectivo, liderados por sus suplentes, en una victoria que inclinó la serie 2-1 a su favor.
En una cancha vibrante con Reggie Miller como testigo, Indiana demostró que la actitud supera al talento. Tyrese Haliburton, con 22 puntos y 11 asistencias, fue el cerebro, mientras que Pascal Siakam aportó versatilidad. Pero la clave estuvo en el banco: T.J. McConnell cambió la energía con cinco robos, Myles Turner aportó a la defensiva y Bennedict Mathurin brilló con un juego completo, liderando un banquillo que aplastó al de OKC por 49-18.
El Thunder, liderado por un Shai Gilgeous-Alexander que anotó 24 puntos pero perdió seis balones, no pudo con la intensidad de los Pacers. Oklahoma City tuvo 19 pérdidas, su segundo peor registro de la temporada, víctimas de una defensa asfixiante que los sacó de ritmo. Indiana, en cambio, brilló en el último cuarto (32-18), navegando con maestría en los momentos clutch, donde tienen un récord de 9-1 esta temporada.
La estadística no miente: los equipos que ganan el Juego 3 en una serie igualada 1-1 se llevan el título el 80% de las veces. Los Pacers, que volaron bajo el radar en estos Playoffs, han aprendido de caídas pasadas. Saben que las oportunidades no se esperan: se toman. Y en un deporte donde todo se define por detalles, Indiana demostró que el esfuerzo, el corazón y la perseverancia son los que marcan la diferencia.
RPO
