
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- En la ciudad de Morelia existe una rica historia arquitectónica que trasciende la belleza visual de sus construcciones emblemáticas. Cada uno de estos espacios encierra una historia que revela la evolución de la capital michoacana. En el pasado, Morelia fue una ciudad de dimensiones reducidas donde los cementerios formaban parte integral de los complejos arquitectónicos de las órdenes religiosas.
Durante la época virreinal y los años posteriores de la independencia, los entierros se realizaban en los atrios de las iglesias más antiguas, como San Francisco, San Agustín, el Carmen, la Merced y Catedral. Algunas de estas iglesias incluso contaban con criptas subterráneas. Sin embargo, la aplicación de las leyes de Reforma en 1856 marcó un punto de inflexión, ya que muchos de estos camposantos fueron expropiados por el Estado y posteriormente trasformados en espacios públicos.
La desamortización y secularización de los bienes eclesiásticos durante la segunda mitad del siglo XIX impulsó la trasformación urbana de Morelia. Los huertos y cementerios de los antiguos conventos fueron fraccionados, dando lugar a la apertura de nuevas estructuras, principalmente plazas, jardines y mercados.
En este contexto, es interesante explorar los lugares de Morelia que fueron construidos sobre antiguos cementerios novohispanos. A continuación, te presentamos una selección de cinco ejemplos significativos que ilustran la trasformación urbana de la ciudad de Morelia.
5. Plaza Valladolid
La Plaza Valladolid, antiguo cementerio de la orden franciscana, ha vivido una transformación impresionante a lo largo de los años. Gracias a la obra del artista Mariano de Jesús Torres, podemos viajar en el tiempo y vislumbrar su pasado.
Originalmente parte del conjunto arquitectónico de San Francisco, este espacio fue testigo de la fe y la devoción de Valladolid-Morelia. Sin embargo, con el paso del tiempo, su nombre y función cambiaron. Fue conocida como Plaza de la Constitución antes de adoptar su nombre actual.
En el siglo XIX, el Mercado de San Francisco ocupó este lugar desde 1873 hasta finales de los años sesenta. Pero en 1968, bajo la dirección de Alfonso Martínez Serrano y el diseño visionario del arquitecto Manuel González Galván, la plaza renació. Así nació la Plaza Valladolid tal como la conocemos hoy en día.
4. Mercado de Antojitos de San Agustín
El pincel del artista Mariano de Jesús Torres también inmortalizó otro icono moreliano: el antiguo cementerio de San Agustín. Su obra revela un pasado fascinante, donde el cementerio ocupaba gran parte del terreno que hoy alberga al Mercado de Antojitos de San Agustín. La representación artística muestra una imagen impresionante: una majestuosa cruz patriarcal se erguía en el centro, rodeada por una barda perimetral que resaltaba su belleza.
Sin embargo, la historia dio un giro con la nacionalización de los bienes eclesiásticos. El cementerio fue desmantelado y en su lugar surgieron los puestos del Mercado Ignacio Comonfort, que funcionó hasta 1972.
Actualmente, la arquería perimetral del antiguo mercado sigue en pie, ahora convertida en un espacio vibrante donde se venden deliciosos antojitos.
3. Preparatoria "Ing. Pascual Ortiz Rubio"
Los alumnos de la Preparatoria "Ing. Pascual Ortiz Rubio" pueden afirmar que su escuela se erige sobre un terreno que antaño albergó un cementerio. En 1849, el cementerio, ubicado en el costado norte del templo de San José, fue clausurado debido a problemas sanitarios, marcando el comienzo de una transformación en el uso del espacio.
En 1873, el arzobispo José Ignacio Árciga adquirió el terreno para construir el nuevo edificio del Seminario Tridentino. Sin embargo, después de la expropiación de los bienes eclesiásticos, el recinto cambió de manos y usos. A lo largo del siglo XX, acogió diversas instituciones educativas, como la Escuela Primaria Belisario Domínguez.
Finalmente, en 1967, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo estableció oficialmente la Escuela Preparatoria "Ing. Pascual Ortiz Rubio" en este emblemático lugar.
2. Aceitera AAK México
Según la tradición oral, durante la construcción de la aceitera, se descubrieron restos humanos enterrados bajo el terreno. Esto no es de sorprender, ya que gran parte de su estructura se erigió sobre el antiguo cementerio de los Urdiales.
Este cementerio, uno de los más grandes de Morelia, nació en 1850 como respuesta al brote de cólera que devastó la ciudad. El cementerio de San Juan era insuficiente para contener el número de muertos que debían ser enterrados, por lo que se creó este nuevo espacio para aliviar la situación.
Sin embargo, el cementerio de los Urdiales estaba condenado desde su inicio. Ubicado cerca de un estancamiento natural del Río Grande y pantanos adyacentes, generaba condiciones insalubres que ponían en riesgo la salud de la ciudad. En 1885, las autoridades tomaron la decisión inevitable: cerrar el camposanto.
Con el tiempo el terreno fue utilizado para otros fines.
1. Mercado Revolución
El Mercado Revolución es uno de los más importantes de la ciudad de Morelia, pero pocos saben que se erige sobre el antiguo Cementerio de San Juan, el principal camposanto de la ciudad en el pasado. Este cementerio, al igual que el de Los Urdiales, enfrentaba problemas de salubridad debido a su falta de condiciones higiénicas. Los registros revelan que los cadáveres no se sepultaban a una profundidad adecuada, lo que llevó a su cierre en 1894.
Tras el cierre, se procedió a exhumar y trasladar los restos de personajes destacados al Panteón Municipal. Incluso, algunos ornamentos como la famosa cruz de arte tequitqui, conocida como la "Cruz de los Fusilados”, sigue siendo un testimonio de ese pasado. La cruz, originalmente en el cementerio de San Juan, fue trasladada al panteón municipal y posteriormente al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.
La construcción del Mercado Revolución en 1966 marcó un nuevo capítulo en la historia del lugar. La voz popular cuenta que, durante su construcción, se encontraron osamentas en el terreno.
Morelia es una ciudad de historias ocultas. Detrás de cada edificio y esquina, hay secretos esperando ser descubiertos. La próxima vez que camines por sus calles, busca más allá de la belleza superficial y descubre la riqueza histórica que la ciudad te ofrece
AVS