
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La editorial Cuarta República, impulsada por el gobierno de Michoacán, emerge como un proyecto cultural enfocado en tres pilares: fomentar la lectura como hábito vital, rescatar la memoria histórica estatal y dar voz a autores locales ignorados por el mercado comercial. Su coordinador, Carlos Márquez, destaca que esta iniciativa pública busca llenar el vacío dejado por editoriales privadas al priorizar "lo que somos, lo que escribimos y nuestro patrimonio cultural".
Márquez destaca que conforme vayan consolidándose los objetivos planteados indirectamente se irá conformando el sueño de tener una biblioteca dedicada al patrimonio cultural local. Por lo pronto ya cuentan con 35 títulos publicados en menos de un año, algunos en lengua purépecha como la versión bilingüe de El Principito. "Queremos que sea el inicio de una colección que reúna nuestra historia, personajes y autores".
Y justamente entre sus proyectos emblemáticos destaca “Irechaeri Wap´a” (El Hijo del Rey"), una adaptación cultural –no mera traducción– de El Principito de Antoine de Sant-Exúpery al universo purépecha. La obra, ilustrada por el artista Ariel Pañeda, transforma elementos como el zorro en coyote e incorpora paisajes de la Meseta Michoacana. Su protagonista es un niño indígena, reflejo consciente para fortalecer la autoestima lingüística. "En Tacámbaro, estudiantes purépechas de Comachuén leyeron ante toda su secundaria. Se sintieron orgullosos de la atención recibida por hablar su lengua", revela Márquez sobre el impacto emocional en comunidades.
El rescate de lenguas originarias es compromiso central, dice, y adelanta que la editorial, en coordinación con el Sistema Michoacano de Radio y Televisión, analizan la producción de un audiolibro de El Principito purépecha con todo el reto que puede implicar, sobre todo el de las variantes del idioma. Además, proyecta una colección permanente para náhuatl y mazahua, abierta a propuestas de hablantes. "Muchos niños callan por pena al preguntar quién habla purépecha. Queremos demostrar que su lengua es motivo de orgullo", subraya el coordinador.
La recuperación de memoria histórica se materializa en coediciones con el Fondo de Cultura Económica sobre figuras trascendentales de la historia de México -como “Me quiebro, pero no me doblo”, una biografía novelada de Melchor Ocampo de Orando Ortiz y Francisco J. Múgica. El presidente que no tuvimos de Anna Ribera Carbó- o en la actualización de monografías municipales olvidadas. Paralelamente, explica, la editorial. En coordinación con la SeCultura, apoya a autores contemporáneos mediante colecciones como Palabras de Colibrí, que publica obras inéditas de jóvenes, y Narrar para Educar, con testimonios pedagógicos.
Con colaboraciones estratégicas –SeCultura y SEE, ayuntamientos como Paracho y editoriales independientes–, Cuarta República construye un catálogo diverso que incluye desde crónicas musicales (Los Augurios de Octubre. Una crónica autobiográfica de la música y la cultura de 1966 a 2019 de Rolando López Monroy, integrante del grupo de Bola Suriana) hasta novela premiada (Los Mil Ojos de la Selva de Omar Delgado).
Al aproximarse a su primer aniversario en agosto, esta iniciativa única en México –una editorial pública estatal– demuestra que los libros, cuando narran lo propio y hablan en lenguas ancestrales, no sólo se leen, se viven. La prueba más elocuente: en cada presentación, los ejemplares gratuitos se agotan ante el asombro de quienes por primera vez se ven reflejados en sus páginas.
La editorial opera como un organismo público descentralizado sin fines de lucro, sectorizado a la Secretaría de Educación. Su modelo de distribución privilegia el acceso gratuito: los libros se entregan en presentaciones públicas, bibliotecas escolares y a través de redes sociales (@editorialcuartarepublica). Aunque mantiene ediciones de alta calidad –como su aclamado Principito purépecha–, explora formatos económicos para llegar masivamente a primarias.
agm