Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La actual pandemia generada por la Covid-19 ha dejado numerosas pérdidas humanas alrededor del mundo. Quienes han vivido de cerca esta realidad saben de primera mano los protocolos que impiden darle "el último adiós" a sus seres queridos y, muchas veces, la imagen final que recuerdan de ellos es cuando son llevados por complicaciones a una sala de cuidados especiales.
Los familiares y personas allegadas a las víctimas deben asumir el vacío y la pérdida que dejan su ausencia, pero también tienen que afrontar con impotencia el hecho de no poder realizar el ritual correspondiente tras la muerte, lo cual genera una estela de dolor que hace más difícil sobrellevar el duelo.
México es el tercer país del mundo con más decesos a causa de la Covid-19. Hasta el momento 166 mil 731 ciudadanos han perdido la batalla contra esta enfermedad que, por ahora, ha dejado más de 2 millones 336 mil víctimas mortales alrededor del mundo.
Alfonso García, profesor de la Universidad de La Laguna, ha realizado un acercamiento al duelo en el contexto de la Covid-19, a través del cual resalta el desafío que hoy representa adaptarse a la pérdida, etapas del duelo y procesos de afrontamiento. Dicha situación conduce a pensar en recomendaciones a la luz de esta nueva realidad.
El dolor generado por la partida de un ser querido es más intenso al saber que quedaron cosas por decir, y que ya no hay nada que se pueda hacer al respecto. Por tanto, si tiene algo para comunicarle a sus familiares o amigos, hágalo ahora, pida perdón y perdone.
Por bioseguridad debe ser a partir de herramientas virtuales, (si es el caso de las personas que no viven con usted y que deben ser cuidadas especialmente por sus enfermedades preexistentes).
Aunque suene fuera de lugar al duelo, el hecho de "empacar las maletas" para un posible "viaje a la eternidad" permite que nos preparemos un poco para la partida de este mundo y, una de las maneras de hacerlo, es estando en paz consigo mismo y con los demás.
La muerte es cotidiana y hace parte de nuestra naturaleza, en ella lo indeterminable persiste, ya que no tenemos control sobre la misma. Culturalmente, recordar al ser querido hace parte de no olvidarlo, y bien lo dice Isabel Allende: "[…] la gente muere sólo cuando la olvidan".
Esta nueva realidad que abarca la pandemia nos cambia de perspectiva y nos invita a modificar los rituales de despedida.
Cuando se sufre la pérdida de un ser querido podemos afrontar este acontecimiento acogiendo nuestras emociones, pero sin quedarnos en ellas, es decir, sabiendo que podemos experimentar miedo o tristeza y que hay que dejar que fluyan.
Restaure su vida aprendiendo nuevos roles, tratando de cambiar sus creencias sobre la muerte y buscando ayuda en las personas más allegadas o, desde la espiritualidad, como elemento terapéutico.
Es importante tener en cuenta que la orientación de un profesional en salud mental puede ser una buena alternativa para acompañar a quien ha perdido un ser querido, puesto que el duelo es único, personal e intransferible.
Por: Alexánder Echeverry Ochoa/E
