
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La temporada de huracanes en el Atlántico ya comenzó y, aunque muchas personas piensan en la NASA solo como una agencia espacial, su papel en la prevención y respuesta a huracanes es fundamental.
Con ayuda de imágenes satelitales, modelos de tormentas y mapas detallados, la NASA colabora con autoridades estatales y federales para anticipar y reducir los impactos de estos fenómenos.
Cuando huracanes como Helene y Milton se acercaron a Estados Unidos en 2024, la NASA activó su Sistema de Coordinación de Respuesta a Desastres, proporcionando mapas de inundaciones, cortes de energía y otros datos esenciales para quienes respondían en campo.
Además, la herramienta Black Marble permite ver, desde el espacio, los apagones a nivel de vecindario. Esto ha sido clave, por ejemplo, en Florida, para saber si zonas cercanas a desechos peligrosos siguen afectadas tras un huracán.
La NASA también colabora con la Agencia Espacial Europea y otras instituciones para mapear inundaciones mediante el uso de satélites como Sentinel-1, Sentinel-2 y Landsat. Esta información se comparte con los responsables de emergencia en estados como Florida y las Carolinas.
Tras el paso del huracán Helene, incluso se activó un modelo especial que permite detectar zonas propensas a deslaves, en colaboración con el USGS (Servicio Geológico de Estados Unidos), con base en datos como humedad del suelo, lluvias y elevación del terreno.
Gracias a la misión conjunta entre la NASA y Japón, conocida como GPM (Medición de Precipitación Global), se pueden observar las lluvias intensas dentro de las tormentas. Esta tecnología permite generar estimaciones globales de lluvia cada 30 minutos.
Así fue como se rastrearon las lluvias récord del huracán Harvey en 2017 y de nuevas tormentas como Helene.
Incluso antes de que se forme un huracán, los satélites ya están midiendo la temperatura del océano, una de las señales más importantes. Herramientas como MODIS o VIIRS ayudan a saber si una zona del mar tiene condiciones para formar o fortalecer una tormenta.
“La gente podría sorprenderse de lo profundamente involucrada que está la NASA en la ciencia de los huracanes”, explicó Scott Braun, meteorólogo de la agencia. Aunque la NASA no emite alertas, sí proporciona gran parte de la información que usan los meteorólogos para tomar decisiones.