El consumo de alimentos altamente energéticos altera los circuitos neuronales, al igual que el consumo de drogas (Foto: freepik.es)
El consumo de alimentos altamente energéticos altera los circuitos neuronales, al igual que el consumo de drogas (Foto: freepik.es)

Azúcar, más adictiva y peligrosa que la cocaína ¡Cuide su salud!

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Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La alimentación juega un papel muy importante en las funciones cerebrales. No obstante, algunas veces la descuidamos. El desequilibro provocado por ingestas altas en grasas malas (saturadas, hidrogenadas y trans) y azúcares, no solo ha elevado los índices de personas con problemas de obesidad, sino que estudios recientes han puesto en evidencia cómo un alto consumo en carbohidratos afecta los pensamientos y las emociones.

La psicóloga Soyong Park, de la Universidad de Lübeck, en Alemania, realizó un estudio en el que se evidenció que, al suministrarles más cantidades de carbohidratos a los individuos de control, estos presentaron menos tolerancia en cuanto a la toma de decisiones en relación con quienes consumieron proteínas.

La glucosa altera las sensaciones y, el placer, directamente desde las neuronas, produciendo un poder adictivo, tal como lo asegura el Dr. Serge Ahmed del Centro de Investigación de la Universidad de Burdeos, gracias a estudios realizados con ratones de laboratorio, en donde evidenció que el poder del azúcar es semejante al poder de una droga, e incluso puede ser más adictiva que la misma cocaína.

El Dr. Eric Stice asegura, basado en sus experimentos realizados en la Universidad de Oregón, que el consumo de alimentos altamente energéticos altera los circuitos neuronales, al igual que el consumo de drogas.

Además, encontró que en la medida en que se consume más azúcar, el cerebro es más sensible a las imágenes relacionadas con alimentos, haciendo que reaccione más intensamente a los estímulos de alimentarse de manera incorrecta, incluso sin sentir realmente hambre, teniendo en cuenta las consecuencias que ello podría traer, como la obesidad y la diabetes.

La manera en cómo hoy los alimentos son elaborados —en los que se incluyen considerables cantidades de azúcar, no solo en las bebidas carbonatadas, sino también, de forma inesperada, en productos como sopas o jamón, (por nombrar algunos)—, hace que estemos expuestos constantemente a la glucosa y, por tanto, esta exposición nos vuelve vulnerables a sus efectos nocivos.

Para cambiar paulatinamente estos hábitos alimenticios se recomienda que:

  1. Lea las etiquetas de los alimentos y controle el consumo de los que sean nocivos, en especial, si son ricos en carbohidratos (azúcares y harinas).
  2. Consuma menos alimentos elaborados industrialmente y reemplácelos por los que usted pueda realizar con ingredientes naturales, sobre todo, si tiene personas a cargo como niños o adultos mayores.
  3. Incluya en su mesa alimentos como pescado, frutos secos y aguacate.
  4. Ejercite su cuerpo.

Por: Alexánder Echeverry Ochoa/E

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