Suiza (MiMorelia.com).- El este de Alepo vive la peor catástrofe humanitaria vista hasta ahora en Siria, afirmó es el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, quien consideró que ha llegado el momento de reconocer el horror que tenemos delante de los ojos y, apelando a un sentido de humanidad, restaurar el cese de hostilidades para salvar vidas.
En un informe sobre la situación en ese país al Consejo de Seguridad, Stephen O'Brien destacó "la pesadilla" que asola a Alepo con la incursión de las fuerzas del gobierno desde la semana pasada para recuperar el control de la ciudad de manos de grupos opositores.
Esos ataques han dejado al menos 320 civiles muertos, entre ellos más de cien niños, y unos 765 heridos, de acuerdo con O'Brien.
El coordinador de Ayuda Humanitaria insistió en la urgencia de una tregua semanal de 48 horas para la entrada de asistencia.
"Menos que eso dejaría al Consejo de Seguridad en el lado equivocado de la historia y de la posibilidad de salvar vidas. La responsabilidad es de las partes del conflicto, pero la voluntad unida de todos y cada uno de los miembros de este Consejo será la que abra la posibilidad de que ocurra", advirtió.
O'Brien señaló que la violencia en Alepo no es exclusiva del ejército sirio y que las violaciones a las leyes humanitarias provienen de todas las partes enfrentadas; no obstante, subrayó, el grueso de los ataques es responsabilidad del gobierno.
Reiteró que los sitios a las ciudades no son un arma de guerra sino una transgresión flagrante de la ley internacional que se suma a las atrocidades que tienen lugar en Siria.
Se refirió al ataque al convoy humanitario ocurrido la semana pasada y conminó una vez más a permitir la entrega de ayuda y la evacuación de los heridos.
O´Brien repitió que la ONU está lista para entrar a asistir a la población, pero volvió destacar que, además de las autorizaciones, hacen falta garantías de seguridad para el personal humanitario.
"Siria está sangrando, sus ciudadanos están muriendo. Todos oímos su clamor de ayuda. Como trabajadores humanitarios estamos haciendo todo lo que podemos. La semana pasada, los líderes mundiales vinieron a Nueva York, se sentaron en esta misma mesa y celebraron encuentros ministeriales. Sin embargo, mientras los líderes se reunían, la violencia se aumentaba, más civiles y personal humanitario murieron. Llegó el momento de señalar a los culpables. Es hora de que este Consejo ponga fin a la indiferencia absoluta frente a los principios básicos de las leyes humanitarias internacionales", apuntó.
O-Brien concluyó su informe llamando al Consejo a actuar inmediatamente para levantar los sitios, restaurar el diálogo político y poner fin a la guerra.