
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, junto con la postura diplomática del gobierno mexicano hacia su principal socio comercial, han llevado a que China congele inversiones previstas en México y considere a Perú como nuevo destino estratégico.
El caso más visible es el de BYD, el mayor fabricante de vehículos eléctricos de China, que tenía planes avanzados para establecer su primera planta en México, posiblemente en el estado de Michoacán o Jalisco.
El proyecto contemplaba una inversión de aproximadamente 600 millones de dólares y la creación de hasta 10 mil empleos. No obstante, tras el regreso de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. y la intensificación de su política arancelaria, el avance del proyecto quedó suspendido.
El enfriamiento de la relación entre México y China contrasta con la situación de hace apenas unos años, cuando la imposición de aranceles estadounidenses motivó a varias compañías chinas a trasladar operaciones a territorio mexicano como estrategia para eludir gravámenes.
Ahora, con el nuevo panorama geopolítico y comercial, China ha optado por explorar otras alternativas en América Latina. En ese contexto, Perú ha emergido como una opción más atractiva gracias a un puerto recientemente conectado con Shanghái y a una percepción de mayor receptividad por parte del gobierno peruano. Además, Perú cuenta con un tratado de libre comercio con Estados Unidos vigente desde 2009, lo que facilita el acceso al mercado estadounidense sin mayores fricciones.
JCC