Herrera no puede ni contra la banca

Herrera no puede ni contra la banca

El equipo titular de Morena, liderado por Raúl Morón Orozco, perdió la oportunidad de disputar la gubernatura de Michoacán, luego de que el profe viera limitadas sus aspiraciones de levantar la copa por acumulación de amonestaciones. Sin embargo, el cuadro B, con Alfredo Ramírez Bedolla al frente, parece ser suficiente para doblegar al Equipo por Michoacán, ese que se constituyó con el cascajo del PRI, el PAN y el PRD.

Cual, si fuera un partido de futbol, Morena estuvo a punto de perder por default el Gobierno de Michoacán. Raúl Morón, su referente en la delantera, fue expulsado un partido antes de la partida final. El INE, "el árbitro", lo decidió así. El rompe redes de Morena, que se reforzó con el PT, "no cumplió a cabalidad con los requisitos de su registro", sentenció el INE, bajo el respaldo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, institución que, según expertos, debió haber invalidado la sanción de la autoridad.

La decisión del árbitro electoral causó disgusto en la afición, como si se tratase del robo americanista al Morelia en las semifinales de la temporada 87-88, de esos robos en los que se suele ver involucrado el juez de cancha. "Fue como si nos marcaran penal cuando la falta fue en media cancha", comparó Morón, días después de la decisión del INE.

De delantero a arbitro

Cuando se apuntalaba para levantar la copa con título de goleo, Raúl Morón se vio obligado a convertirse en el director técnico. Pasó de ser el referente del club al estratega, bajo el título de delegado en funciones de presidente del Comité Ejecutivo Estatal de Morena, cuya designación corrió a cargo de su líder nacional Mario Delgado Carrillo, a quien muchos siguen culpando de no haber protegido a su goleador como se debía. 

Sí, Raúl Morón dejó un hueco en la escuadra morenista, pero llegó a cubrir otro, uno acéfalo que ha derivado en innumerables conflictos de vestidor dañinos para las aspiraciones de quienes buscan levantar la copa, a través de la consolidación de la 4T en Michoacán. 

A unas horas de haber recibido la batuta de director técnico, Raúl Morón consiguió algo que en pocas ocasiones se había conseguido: unir a las bancadas de Morena y el PT en el Congreso de Michoacán, para votarle en contra la Cuenta Pública 2019 al gobernador Silvano Aureoles, quien, desde la grada, sigue impulsando a su pupilo… el empresario que hoy niega la cruz de su parroquia, Carlos Herrera Tello. 

Ahora, después de dicho acierto, su prueba de fuego consistirá en acompañar el triunfo de la escuadra morenista, con Alfredo Ramírez al frente. 

La remontada

Con varias posibilidades en el draft electoral que ofrecía Morena para cubrir la vacante que dejó el no candidato Raúl Morón, Alfredo Ramírez Bedolla llegó como refuerzo y este domingo, a poco más de 30 días de la Gran Final, reforzó a la escuadra morenista con desventaja en tiempo de cancha, pero no en los pronósticos, que lo siguen posicionando a él y al club en la cúspide electoral.

En su presentación ante la afición morenista y petista -arranque de campaña-, celebrada el pasado domingo 2 de mayo, Alfredo dejó en segundo plano la pandemia del Covid-19 y abarrotó las gradas de la Plaza Valladolid, de Morelia, en compañía de su director técnico, Raúl Morón Orozco, así como del verdugo de este último, Mario Delgado Carrillo. 

“Vamos a acabar con los corruptos”, sentenció Ramírez Bedolla al arrancar campaña en un señalamiento directo al equipo que ganó el título en 2015, a través de la figura del perredista Silvano Aureoles, quien hoy pretende afianzar el bicampeonato con Carlos Herrera, pese a que entre éstos se han venido simulado rupturas mediáticas para alterar un resultado que parece ya estar cantado.

Aun cuando presenta una ventaja holgada de cara a la Gran Final, Alfredo Ramírez deberá responder a un reto crucial para sus aspiraciones: conquistar a la afición que sigue coreando al nombre de Morón, que sigue portando calcas en sus automotores con la leyenda “#TodosSomosMorón”, e incluso a aquella que ni siquiera se ha enterado de que el profe ya jugará otro papel el próximo 6 de junio, fecha del encuentro.

Refuerzos y más refuerzos

Ante los pronósticos que adelantan el triunfo inevitable del visitante, el Equipo por Michoacán se ha valido de múltiples estrategias extra cancha para revertir dicho escenario. Una de ellas, el robo de jugadores morenistas que, al no haber sido contemplados ni en las reservas de su club, están buscando suerte con los de enfrente. 

Pese a los esfuerzos desenfrenados de Carlos Herrera, que pareciera carecer de director técnico, la prensa local y nacional sigue augurando su derrota ante el Equipo B de Morena, o al menos así se lo dejaron entrever hace apenas unos días, cuando el periodista Ciro Gómez Leyva lo cuestionó en entrevista: ¿Qué se siente que van a perder, incluso con el sustituto de Raúl Morón?, ante lo que el perredista, priísta y panista replicó, con otras palabras, el dicho inmortal del presidente Andrés Manuel López Obrador: “yo tengo otros datos”. 

Lo cierto es que la Gran Final se llevará a cabo hasta el próximo 6 de junio, y será hasta esa fecha cuando se conozca si Silvano Aureoles afianzará el bicampeonato, o si el equipo top de las encuestas le arrebatará la copa y el último bastión que le queda a su equipo de nacimiento, el PRD.

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