Una nota positiva

Una nota positiva

Hace dos décadas Michoacán saltó a la agenda nacional no por buenas noticias o políticas exitosas, sino porque la inseguridad y la violencia habían creado un clima de terror en la geografía estatal. La población era víctima del crecimiento exponencial de la delincuencia en sus diferentes modalidades. Para ponerlo en perspectiva, tan solo entre 2015 y 2021 la tasa de homicidio doloso por cada 100,000 habitantes pasó de 20.5 a 56.2. Peor aún, nuestra entidad ocupaba las primeras planas de los periódicos, la radio y los noticieros de televisión de mayor audiencia.

Bajo este escenario, en 2021 se dio la cuarta alternancia política para Michoacán. El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla inició su administración con altas expectativas en materia de seguridad. La esperanza creció, sobre todo, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador trajo a su gabinete para anunciar el Plan de Apoyo a Michoacán y respaldó al nuevo gobernador como su representante en el estado. Atrás había quedado la confrontación y el rompimiento de las acciones coordinadas con el gobierno federal por parte de los gobernadores de la Alianza Federalista de la que formaba parte Silvano Aureoles.

Si bien, los primeros meses del gobierno bedollista fueron complejos porque los homicidios seguían en ascenso, su gobierno buscó fortalecer la coordinación interinstitucional con la federación y los municipios; puso orden en la policía estatal y creó la guardia civil; con el Fondo para el Fortalecimiento para la Paz (FORTAPAZ) canalizó más recursos a los municipios para apoyar la capacitación y equipamiento de las policías municipales; y fiel a los principios de la 4T, llevó más programas sociales a la población. Hoy, parece que se ve la luz al final del túnel, por primera vez en más de un lustro la tendencia de asesinatos va a la baja, en 2022 cayeron 11% los homicidios dolosos en la entidad.

La coordinación con la federación y los municipios también comienza a dar sus primeros frutos basta ver que demarcaciones como Zamora, donde el alcalde firmó el Convenio Marco de Coordinación Intergubernamental en Materia de Seguridad Pública, tuvo una baja del 16%. Pero, ojo, también hay municipios que no quisieron entrarle a la estrategia del gobierno estatal por cuestiones políticas y sus cifras se mantienen prácticamente iguales, tal es el caso de la capital de estado que concentra más del 17% de los asesinatos que ocurren en la entidad y los homicidios aumentaron.

No estamos echando las campanas al vuelo, pero después de tantos años de ver un aumento constante en los homicidios dolosos hoy la nota es positiva. Pese a ello, el gobernador del estado aún enfrenta grandes retos no solo para mantener a la baja el número de homicidios, sino para cumplir con su palabra que empeñó desde el primer día de su gestión: construir un Michoacán incluyente, con paz, armonía, bienestar y prosperidad económica.

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