Talento y fuerza laboral
La revolución tecnológica que vivimos en el siglo XXI ha motivado un cambio de paradigma en los procesos de producción y las dinámicas de consumo, incluso está transformando varios aspectos de nuestra vida cotidiana como el aprendizaje en las aulas, los servicios de salud, el transporte, la vivienda y la forma en que interactuamos con nuestro entorno.
Este nuevo escenario ha puesto en el centro de la agenda pública mundial la necesidad de fortalecer la formación de las nuevas generaciones, sobre todo, en las profesiones relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, mejor conocidas como carreras STEM (Acrónimo de Science, Technology, Engineering, and Math), que conforman los perfiles más buscados por las empresas y los de mayor compatibilidad con el desarrollo tecnológico.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que para el 2050 el 75% de los puestos de trabajo estarán relacionados con alguna de las áreas STEM, mientras que el Foro Económico Mundial en su Informe sobre el Futuro del Empleo 2023 prevé que el 85% de las empresas adoptarán nuevas tecnologías como el big data, la computación en la nube y la inteligencia artificial en los próximos 5 años, lo que incrementará la oferta laboral en estos sectores.
En efecto, estamos en medio de una ola tecnológica sin precedentes, es por ello que los países están fortaleciendo la educación de su población en estas cuatro áreas del conocimiento, sin demérito de otros campos, para garantizar una educación de calidad desde la infancia y desarrollar las competencias del estudiante del siglo XXI.
¿Dónde está México? si bien, ocupamos el primer lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con el mayor número de jóvenes técnicos graduados y el tercero con más egresados a nivel profesional; además, de ubicarnos en el top 10 del ranking de países con mayor atractivo laboral, según el informe Total Workforce Index (TWI) de la firma global Manpower, lo cierto es que México aún enfrenta retos importantes para la formación de talento y mano de obra calificada.
A pesar de que nuestro país ha sido escenario de varias reformas educativas en las últimas tres décadas, que van desde el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica de 1993 hasta la Reforma Educativa de 2019, sólo tres de cada 10 estudiantes son capaces de interpretar situaciones matemáticas simples, según los últimos resultados de PISA.
En efecto, el informe PISA 2022 confirmó que el problema de bajos aprendizajes se exacerbó, si bien hay varios factores de largo plazo, lo cierto es que las evaluaciones son una fotografía que nos permite obtener información sobre las fortalezas y las áreas de mejora con respecto a la experiencia de otros países participantes.
No hay que perder de vista que estamos en un proceso de cambio que tendrá grandes impactos en la industria, los servicios y la sociedad; de allí la importancia de crear incentivos y programas para fortalecer la vinculación académica con el sector empresarial.
Trazar un proyecto donde la innovación tecnológica sea la apuesta del desarrollo industrial y del bienestar de las familias en las próximas décadas, es el secreto para hacer un país altamente competitivo. La coherencia y articulación de políticas públicas que aborden la ciencia y tecnología, el sector industrial, el mercado laboral y el desarrollo educativo son los ejes transversales que contribuyen a un proceso de cambio inaplazable para nosotros, si no lo hacemos el "Mexican Moment" se agotará dejando ir una oportunidad inmejorable, que se convertirá en una anécdota para las próximas generaciones de lo que algún día pudo ser.
rmr
