Sociedad 5.0
La gran velocidad con que avanza la tecnología ha dado lugar a la formulación de nuevos conceptos, estrategias y objetivos para integrar el desarrollo económico y social de los países. En 2016, por ejemplo, el gobierno japonés acuñó el término "Sociedad 5.0", como una estrategia de Estado que puso en el centro de las transformaciones tecnológicas a las personas; incluso, va más allá del concepto alemán “industria 4.0”, “industria 5.0” o del "Made in China 2025", que se centran principalmente en los procesos de producción.
Sus proponentes plantean que la sociedad ha pasado por varias etapas, cada una marcada por sus necesidades, la forma en que las personas se relacionan e interactúan y el avance tecnológico. En primer lugar, la Sociedad 1.0 se caracterizó por la caza y la recolección; la Sociedad 2.0, surgió con la agricultura y el comercio; la Sociedad 3.0, se configuró con la revolución industrial; la Sociedad 4.0, llegó con la irrupción de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC); actualmente, estamos en la puerta de la Sociedad 5.0, que busca integrar las tecnologías con el bienestar social y el desarrollo sostenible.
Bajo esta óptica, el proyecto japonés plantea crear un puente de conexión de tecnologías como la robótica y la automatización, el internet de las cosas, la inteligencia artificial, la realidad virtual y la analítica de datos con los sistemas sociales y económicos para promover la igualdad de oportunidades, la inclusión social y la creación de comunidades más resilientes, en síntesis, mejorar la calidad de vida de las personas.
A todo esto, en México ¿qué sociedad queremos crear?, estamos preparados para lograr una “sociedad superinteligente”, donde nadie se quede atrás y los grandes problemas sociales puedan tener solución. Más allá del debate que esta pregunta puede generar, lo cierto es que nuestro país aún enfrenta diversos desafíos, principalmente en educación y conectividad, un binomio catalizador del avance tecnológico.
En primer lugar, la educación no solo contribuye a mejorar el bienestar de las personas, también es una herramienta imprescindible para el desarrollo tecnológico de los países. En México, pese al progreso registrado en los últimos años, sobre todo, en materia de cobertura, los resultados de las evaluaciones y la eficiencia terminal de nuestros alumnos requieren estrategias focalizadas, pues mientras que en la Ciudad de México de cada 100 estudiantes que ingresan a 1º de primaria 52 logran concluir una licenciatura, en Oaxaca y Chiapas únicamente 12 terminan la universidad.
El talento que egresa de Ciencia, Tecnología, Matemáticas e Ingeniería (STEM, por sus siglas en inglés), proviene principalmente de la zona centro del país (Ciudad de México,Estado de México y Morelos), seguido por la zona oriente (Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y Veracruz) y, en tercer lugar, la región centro-norte (Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro,San Luis Potosí y Zacatecas).
En cuanto a la formación técnica, también tenemos diferencias profundas, si bien cada año egresan poco más de 400 mil estudiantes del bachillerato tecnológico, tres de cada 10 se concentran en 5 entidades federativas: Estado de México (8.1%), Ciudad de México (6.7%), Guanajuato (6.4%), Veracruz (5.7%) y Tamaulipas (5.3%). En este ámbito, Michoacán ocupa el octavo sitio a nivel nacional con el 4.2%.
En segundo lugar, en conectividad también se observan disparidades en el acceso y dinámicas de uso del internet. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2022, mientras que, en el ámbito urbano, 83.8% de la población de 6 años utiliza internet, en el ámbito rural únicamente el 62.3% lo hace.
La conectividad y las TIC están transformando la enseñanza-aprendizaje dentro y fuera de las aulas; además, con la irrupción de la inteligencia artificial se abren nuevos horizontes, tal como lo hiciera el internet hace cinco décadas. Para México, representa una oportunidad sin precedentes; por ello, la política pública, en especial la educativa, la de ciencia y tecnología, y la industrial deberían contribuir a este proceso de cambio. El objetivo, por lo tanto, es avanzar hacia una educación inclusiva y de excelencia, se trata de hacer realidad la transferencia tecnológica, en donde los alumnos aprendan a vivir y convivir en sociedad, pero también que adquieran competencias y habilidades para insertarse con ventajas competitivas en la nueva era digital y construir la Sociedad 5.0.
rmr
