Sheinbaum entre logros sociales y sombras internas
Sin mayores sorpresas se realizó el primer informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum que no sólo dejó cifras y proyectos, también mostró la radiografía política de un país en tránsito: una presidenta sólida, pero rodeada de tensiones internas y una oposición que grita más de lo que articula.
Entre logros sociales y símbolos de poder, el evento dejó entrever las grietas que podrían marcar la ruta del sexenio.
Los logros y el escenario
Sheinbaum subrayó la reducción de la pobreza, el aumento del salario mínimo y la consolidación de programas sociales. La narrativa de eficiencia técnica sigue siendo su carta fuerte.
Sin embargo, el entorno político fue menos terso: figuras como Adán Augusto López y Andy López Beltrán quedaron relegadas a filas secundarias, una imagen que sugiere distancias crecientes. El acomodo de los asientos, más que un detalle logístico, fue un mensaje de poder.
Morena en su propio laberinto
Los principales contrapesos de Claudia no son producto de su propia gestión, sino herencias directas de López Obrador, Adán Augusto en el Senado y varias posiciones clave en el gabinete que no responden del todo a la lógica presidencial.
A ello se suman fracturas recientes: el episodio en el Congreso donde Ricardo Monreal, aliado con el PVEM, bloqueó la iniciativa presidencial contra el nepotismo; o los escándalos que arrastra el hijo de López Obrador, envuelto en polémicas de contratos y supuestos negocios familiares. Morena vive así una paradoja: es partido hegemónico, pero atraviesa disputas internas.
Adán es un lastre político, Noroña incontrolable, los radicales o puristas de Morena ganan una y pierden otra. Con sus aliados es similar: los ecologistas y petistas solo piden y se dan baños en pureza, pero sus exigencias no corresponden a los votos que consiguen.
La oposición: ruido sin propuesta
Del otro lado, la oposición ha sido agresiva en sus críticas, pero incapaz de ofrecer alternativas. PRI, PAN y MC actúan más como rivales entre sí que como contrapeso conjunto; su fuerza se diluye en la desconfianza mutua. Prefieren el golpe mediático al planteamiento de un plan serio de país, y eso los convierte en espectadores de un tablero donde Morena, a pesar de sus diferencias, sigue marcando el ritmo.
El primer año de Sheinbaum queda marcado por un doble filo: por un lado, avances sociales palpables y un altísimo respaldo ciudadano; por el otro, un entorno político minado por los contrapesos heredados de AMLO, las divisiones internas y los escándalos familiares de encumbrados morenistas.
¿Oigan y la propuesta de reforma electoral? Ya no se ha dicho nada, será que solo es una cortina de humo presidencial. Es casi imposible que haya acuerdo político para eliminar pluris, por ejemplo.
Diría Eduardo Galeano en un mundo patas arriba: ahora resulta que el “dinosaurio” morenista Pablo Gómez, que toda su vida ha sido pluri -eso sí, un excelente polemista parlamentario- y que inició su vida política como pluri gracias a la reforma político electoral de 1977 de Reyes Heroles, ahora sea el que lleve el timón de esta iniciativa… Batel, a su lado, y quien intentó que no hubiera elecciones para gobernador al término de su mandato como gobernador michoacano serían los nuevos constructores de un andamiaje institucional … nació muerta esa iniciativa.
BCT