Semana de Estudios de SCALA

Semana de Estudios de SCALA

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Vista Panorámica

Los saludo desde Asunción, Paraguay, un país pequeño, de 6 millones de habitantes, que tiene una hermosura; lo envuelve cierto misterio. Tal vez es la influencia de aquella novelita Tabaré, de Juan Zorrilla de San Martín, que sucede en Paraguay. Es también el esplendor, la belleza única que se contempla en la película La Misión, filmada en las cataratas de Iguazú. La música es de Ennio Morricone.

Participo en el encuentro de SCALA (Sociedad de Catequetas de Latinoamérica); es la semana de estudios y la asamblea ordinaria. Es un encuentro del más alto nivel, con especialistas en la educación en la fe de Cristo, como acto y proceso, y todos sus presupuestos y exigencias.

Es algo parecido a un equipo de teólogos especialistas en la Palabra de Dios revelada, el Proyecto Secreto de Dios y esta obra del Creador, redentor del género humano, que tiene un plan sapientísimo y admirable para el ser humano desde la creación del mundo, todas las vicisitudes que vive en su historia hasta su consumación.

Los catequetas son investigadores y participan en el trabajo de la catequesis, o educación en la fe de los creyentes en la única Iglesia de Cristo.

Finalmente, se enfrentan los graves problemas de la catequesis o educación en la fe para llevar a las nuevas generaciones y a todos los creyentes a vivir el llamado de Dios, seguimiento que ilumina y encauza la vida en un mundo que ha crecido enormemente gracias a la ciencia y la tecnología.

Ha transformado sus condiciones de vida del planeta. Sus servicios buscan transformar el mundo y adaptarlo al hombre, para que tenga una vida más cómoda y pacífica.

La acción del hombre ha transformado la faz de la Tierra. Ha inventado muchos útiles para una vida más cómoda y placentera. Ha inundado la Tierra de cachivaches y útiles de servicio que facilitan el trabajo del hombre. Pretende que ha cambiado las condiciones de trabajo y de sobrevivencia.

En muchos campos ha mejorado, y las máquinas hacen el trabajo. Ha urbanizado la faz de la Tierra.

Sin un crecimiento y progreso moral, la existencia se ha complicado, se ha degradado. Hay científicos que han señalado que el progreso tecnológico y material debe ir de la mano con el progreso moral. Y no es el caso. Señalaba aquel astrónomo, maravilloso comunicador, Karl Sagan, que escribió el libro Una mancha azul pálida. Se refiere a la Tierra vista desde el espacio por el telescopio.

La transformación humana no ha sido un proceso lineal y de avance. Es una revoltura que crea retrocesos, graves errores, caos. Es lo que hay que discernir.

Es el mundo donde el católico debe vivir su fe, fiel a Dios que sigue hablando y actuando en la vida humana. Ahí es donde el hombre sigue a Dios que lo busca.

La luz de lo alto

El catequeta es el especialista que estudia el acto y los procesos de la educación en la fe, conocida habitualmente como catequesis. Es en la escuela de la fe, el catecismo o catequesis, donde los niños aprenden la fe, conocen la Palabra y reciben los sacramentos y la ayuda espiritual para vivir la fe.

La fe católica es escuchar el llamado de Dios en Cristo y seguirlo para entrar en su proyecto de salvación, enseñándole a recibir a Dios en su vida y dejarlo actuar, para que lo conozca y entre en su proyecto de salvación, en la existencia humana. Combata las insidias de Satanás, que quiere sembrar el caos, la lucha, las injusticias y divisiones.

Es muy difícil, en la situación actual, educar para centrar su vida de trabajo en Dios.

Es conocido que se deja de lado el orden establecido por Dios, sus leyes y mandamientos, que hacen al hombre constructor de un mundo ciego y caprichoso.

Algunos actores se creen el superhombre y se constituyen en los grandes constructores del mundo; se alejan de los grandes valores y principios que regulan la vida y el trabajo de los hombres, y llevan a una coexistencia ordenada, pacífica, para la gran familia humana.

El superhombre, como la bestia del Apocalipsis, quiere dominar a los hombres para imponer su ego accidentado y sembrar el terror. La sangre derramada, la desigualdad social, el grito del pueblo que surge por doquier en la Tierra.

Para enseñar la doctrina a Pedro, hay que conocer la doctrina y conocer a Pedro en su situación. La fe de Cristo enseña a vivir en las terribles pruebas. Debe ahí conocer la Palabra de Dios y ponerla en práctica, aplicando los mandamientos, venciendo el pecado y el desorden que Satanás promueve, y crear una existencia pacífica, sin el terror de las desapariciones y las muertes, y la sangre derramada de los no nacidos, y toda suerte de perversiones que crean el caos y hacen temer el juicio final de destrucción y muerte.

Es la reflexión que hacen los catequetas reunidos en estudio y asamblea, buscando servir a la Iglesia de Cristo establecida en los países de América Latina.

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