¿Qué conviene a México?
Hace unos días, conversaba con un empresario mexicano de esos que hoy escasean: sobrio, brillante, comprometido con su país. Hablábamos de los aranceles a productos chinos, un tema que ha sacudido el comercio internacional y que repercute directamente en la economía mexicana. Le comenté que imponer un 50% de arancel a los automóviles chinos alteraría de manera significativa el mercado y, por supuesto, sus propios negocios y empresas. Sin dudar, me respondió: “Sí, pero eso es lo que más conviene a México.”
Su frase me dejó helado. Porque más allá de cualquier argumento económico o técnico, en un país donde la conversación pública gira cada vez más alrededor de intereses personales, de cálculos políticos o de fobias ideológicas, escuchar a alguien hablar desde el bien común resulta casi un acto revolucionario.
¿Qué conviene a México? La pregunta parece sencilla, pero su respuesta es en extremo difusa y requiere generosidad y grandeza. Conviene un país donde la Ley de Amparo sirva para proteger derechos y no para blindar privilegios; donde la reforma judicial no sea un botín político, sino una oportunidad para fortalecer la justicia. Conviene un México donde la política y la economía no se piensen desde la revancha ni desde el oportunismo, sino desde la responsabilidad nacional.
Necesitamos más personas como aquel empresario: con visión, con amor por su país, con sentido de trascendencia, que no titubeen ante la respuesta. Porque la grandeza de una nación se mide por la fuerza que genera la decisión y la capacidad de sus ciudadanos para anteponer el interés colectivo sobre el propio.
México necesita personas magnánimas. De esas que, ante los dilemas, todavía se atrevan a preguntar con serenidad y sin cálculo: ¿qué es lo que conviene a México?
Estoy seguro de que las hay, y hoy es imperativo interpelarlas para que nos ayuden a sacar la casta por este gran país.
rmr