Quedan a deber dirigencias partidistas estatales
Las dirigencias partidistas en Michoacán dejan mucho que desear. Este fin de semana habrá consejo político estatal de Morena después de días de “ruido” ocasionado por Juan Pablo Celis, al mantenerse como presidente y diputado local.
Todo indica que no le alcanzará a Itzé Camacho en su intento de llegar a esa posición. Los números ya estarían resueltos con holgura. La diputada local solicitó licencia al Congreso -Poder en el que no ha hecho click.
A Celis la dirigencia le ha quedado grande. Es la verdad.
Pero, no es el único caso; por ejemplo, en Acción Nacional, Cuquita Cabrera pasó desapercibida. Jamás tuvo fuerza política y, mucho menos, electoral.
Ahora los azules disfrazarán para colocar a Carlos Quintana en la dirigencia, alfil de Marko Cortés quien, a nivel nacional, colocó a un integrante del llamado “Cártel Inmobiliario” de CDMX. Es decir, protección y perpetuidad interna al poder económico para el zamorano.
En el PRI, Guillermo Valencia dirige a un grupo más bien ya familiar. El tricolor ha tenido importantes desbandadas. En la actualidad, el 90 por ciento de alcaldes de ese partido coquetean con Morena y en los hechos no responden a Valencia quien se ha desplomado en el círculo rojo y mediático.
Del PRD, Octavio Ocampo se mantiene en dos pistas: en el día respalda indirectamente al Gobierno estatal y más tarde va a recibir línea del fiscal Adrián López Solís, quien tuvo un "momentum" político cuando Araceli Saucedo negoció para irse a la bancada morenista en el Senado, pero ese voto ya no vale oro, como en esos momentos y el oxígeno a la de Salvador Escalante se le escapa.
En el PVEM, alguien andará ocupado haciendo “moches” en CDMX porque se ha notado que el partido a nivel estatal está descobijado.
En MC, Toño Carreño perdió mucha fuerza después de las elecciones y se observa que avanza la fuerza de Víctor Manríquez, no solo en el Congreso, donde es diputado local, sino también a nivel partidista.
Y, para concluir, la michoacana que forma parte de una dirigencia nacional está pasando de noche su posición. Solo el día que la nombraron sonó, después, sin pena ni gloria.
rmr