Presupuesto a diputados: el asalto del siglo
La corrupción y la impunidad son dos cánceres que invaden el espacio público nacional. En estados con gobiernos débiles como Michoacán, los voraces hacen pasto de las instituciones.
El incremento presupuestal que se aprobaron para administrarlo ellos mismos la enorme mayoría de diputados de la LXXVI Legislatura del Poder Legislativo del Estado de Michoacán para el ejercicio fiscal 2026 es abusivo e inaceptable en un estado como el nuestro, en donde 1 millón 694 mil personas se encuentran en situación de pobreza multidimensional, en un estado donde hace falta tanta obra pública y en donde la seguridad brilla por su ausencia, al hacer falta más policías, mejor armados, más capacitados y mejor pagados, tal y como subrayé en el contrainforme del viernes pasado.
Se trata de congruencia y principios, podrán decir lo que quieran para justificar, pero la cantidad es ofensiva para el pueblo de Michoacán, que tiene tantas carencias, que tiene tantas necesidades, y aumentarle tanto presupuesto a este poder no tiene ninguna justificación.
En su momento, la mayoría morenista y sus aliados prometieron austeridad como lo pregona el oficialismo; sin embargo, con la aprobación de recursos millonarios injustificados para gastarse en año preelectoral, demuestran que son solo discursos.
Más aún, la expectativa de inflación anual es de apenas el 4 %. ¿Cómo va a ser posible un incremento del 550 % por encima de ese monto? Es a todas luces desmesurado.
Por si fuera poco, los incrementos que se han dado en el pasado se han hecho bajo promesas de mejoras en infraestructura y equipamiento para el recinto legislativo, como, por ejemplo, la colocación de un elevador para personas con discapacidad o el aumento de salario para el personal operativo y de base, pero ninguna de las promesas se ha cumplido, incluso desde pasadas legislaturas. ¿Por qué ahora sí se habría de creer ese alegato?
Incluso, en los tiempos de la LXXI Legislatura, cuando se creó la Comisión Especial para la Nueva Sede Legislativa del Congreso del Estado, aún contemplando la construcción de un nuevo edificio, el incremento del ejercicio 2008 apenas fue de 80 millones de pesos.
Es importante reiterarlo: siempre estaré del lado de las víctimas, a favor de atender las causas de la pobreza y de la inversión productiva. Por eso me opuse rotundamente a gastar tanto dinero en donde no se requiere.
Lo dije con todas sus letras frente al Pleno del Congreso del Estado, donde me opuse de voz y voto ante este vil atraco.
Veamos con lupa: el incremento de 258 millones de pesos, equivalente al 22 por ciento, que autorizaron los diputados locales, excepto un servidor, es el mayor aumento que ha recibido el Poder Legislativo del Estado en este siglo. Entonces, este se convierte en el salto y en el asalto más grande del siglo.
Mirando la proporción del incremento, ya no los pesos, tampoco mejora mucho la situación. Si bien hubo incrementos porcentuales importantes en 2003, con el 68 %, y en 2004, con el 48 %, la cantidad incrementada fue de 54 y 64 millones respectivamente, montos insignificantes respecto a los 258 millones para 2026, lo cual nuevamente dimensiona el derroche que vendrá en el próximo ejercicio.
Además, vale la pena recordar que, en ese entonces, gobernaban con las siglas del PRD los mismos que ahora están en Morena y cuyos representantes en el Congreso del Estado guardaron silencio y aprobaron todos juntos el atraco.
En ningún periodo gubernamental estatal de extracción priista ocurrió un salto así. Juzguen ustedes mismos.
Habrá quien alegue que la población en Michoacán ha incrementado, pero en el año 2000, con 60 millones de pesos en el Congreso, éramos 4.351 millones de personas.
En el año 2025, con 1,620 millones de pesos, se estiman 4.998 millones de habitantes.
Es decir: la población michoacana creció un 14.8 % en 25 años, mientras que el presupuesto del Poder Legislativo creció un 2,700 %; es decir, 182 veces más rápidamente se aprueban dinero los diputados solitos que el crecimiento de la población michoacana. Leer para creer.
Con esto, seguiremos al menos en el top 3 de los poderes legislativos más caros del país y, en la relación diputado/población, seguramente seremos el más caro. Solo resta esperar a que todos los demás congresos estatales aprueben sus respectivos presupuestos.
Es cuestión de tiempo para que el “asalto del siglo” se consume desde el Poder Legislativo del Estado, peso a peso. Estaremos vigilantes y denunciando cualquier abuso.
¡Michoacán merece una revolución institucional!
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El autor es abogado, activista social, defensor de derechos humanos de víctimas, diputado local y presidente del PRI en Michoacán.
rmr