Inacción gubernamental

Inacción gubernamental

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Si algo ha caracterizado al gobierno de Morena es su escandalosa inacción. No importa el problema ni su gravedad, la respuesta es siempre la misma: “estamos trabajando”. Una frase hueca, repetida como mantra, que lejos de tranquilizar, irrita e indigna a una sociedad cada vez más golpeada por la realidad.

Faltan medicinas en hospitales públicos, lo cual pone en riesgo la vida de millones de mexicanos, incluidos niños con cáncer y personas con enfermedades crónicas. ¿Qué responde el gobierno? Que están trabajando. Pero la verdad es que el desabasto persiste, los centros de salud colapsan y la dignidad de los pacientes es ignorada.

El número de asesinatos, secuestros y desapariciones no deja de crecer. El país está sumido en una crisis de violencia que pareciera no tener fin. Mientras tanto, desde Palacio Nacional se repite sin cesar: “estamos trabajando”. ¿En qué? No se sabe, porque lo cierto es que los grupos criminales operan con total impunidad, incluso con indicios alarmantes de connivencia con autoridades.

Estados Unidos ya no disimula su preocupación. Aranceles, advertencias diplomáticas y señalamientos directos sobre los vínculos de Morena con el crimen organizado forman parte del nuevo lenguaje bilateral. La respuesta, una vez más: “estamos trabajando”. Pero mientras tanto, la reputación internacional de México se deteriora y los inversionistas huyen.

Miles de empresas han cerrado sus puertas, millones de empleos se han perdido, y el aparato productivo nacional está severamente dañado. El gobierno, en lugar de generar condiciones para la recuperación, prefiere dar excusas. Otra vez: “estamos trabajando”. Pero el desempleo crece, la informalidad se expande, y las oportunidades desaparecen.

El gusano barrenador, erradicado hace más de 20 años, ha reaparecido. Una muestra clara de la inanición institucional que sufre el país y del caos en la frontera sur, donde no hay control sanitario, ni seguridad ni planeación. Y sí, lo adivinó: “estamos trabajando”.

PEMEX, en lugar de fortalecerse, ha sido devastada por el huachicol institucionalizado. En lugar de combatir el robo de combustible, se tolera y, en algunos casos, se encubre. Los números son alarmantes, pero el discurso oficial no cambia: “estamos trabajando”.

Uno de los golpes más duros al futuro del país: un millón de niñas, niños y jóvenes han abandonado la escuela. A la par, las adicciones crecen, al igual que la participación de menores en delitos graves. ¿Dónde está el Estado? ¿Qué estrategia hay? Ninguna. Solo el consuelo vacío del “estamos trabajando”, mientras el tejido social se desintegra.

La realidad es brutal: el gobierno de Morena no se está ocupando de nada. Su indiferencia ha dejado que los problemas crezcan, se multipliquen y cobren la vida, el patrimonio y el futuro de millones de mexicanos. Detrás de cada “estamos trabajando” se esconde una administración pasiva, negligente y cómplice del deterioro nacional.

La inacción no es un error: es su sello de gobierno. Y cuando el Estado se rinde, es el pueblo el que paga con la vida.

 *Presidente Nacional del PRI.

AML

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