Hommo utilitatis

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El café estaba pleno con todas las mesas ocupadas y eso llenaba de gozo al propietario, porque el precio de cada taza de café, que solo es agua caliente infusionada en el grano de la semilla tostada y molida, le dejaba una ganancia no menor al 75% por cada unidad, de modo que lo único que no le gustaba era que los clientes durarán tanto tiempo ocupando una mesa alrededor de una taza de la infusión.

Los meseros también estaban felices y un si señor, si señora, con una sonrisa eran frecuentes, pues cada cliente significaba un 10% de cada cuenta a pagar.

Los clientes, a su vez, encontraban bueno ir al café: el café tenía buen sabor, la taza era servida generosamente, podían pasar un buen rato hablando cómodamente sentados y no era necesario consumir alimentos o bebidas que medraran sus bolsillos, ahora con menos monedas.

Algunos clientes, incluso gastaban casi todo su tiempo en hablar contra el gobierno en turno, al que achacaban todos los males sociales y sus propios males.

Decía uno que era profesor, condecorado por el acuerdo de unos pocos del anterior gobierno, con los que se llevaba bien: “la historia patria de la independencia del siglo XIX a la fecha, no estaba tan comprometida, como lo está hoy. Todos los indicadores muestran un desastre y a ese desastre vamos sin remedio, pues para recomponer las cosas, muchos años habrán de pasar”.

El otro cliente, con cierto tono de ironía, más bien decía, tras un breve suspiro: pues la verdad es que, si estuviéramos en el gobierno, de lo que fuera, que eso es lo de menos, yo no estaría tomando café, sino comiendo un buen sirloin, con un buen vino y unas chamacas al lado.

¿A poco no se acuerdan? Después de las “reuniones de trabajo” seguíamos en el lugar de alguno o en algún antro. Bueno, aquí el compañero, hasta tenía cuatro de su ponencia y si a medio día tenía alguna “urgencia” nomás cerraba la puerta, pero eso sí, hay que reconocer que se portó bien con sus cariños, les dio sobresueldo y hasta las produjo.

El interpelado más bien replicó: hombre, no seas largo, no soy tan tonto, lo que sucede es que, entre una y otra cosa, una de ellas se ligó a un cirujano estético y le alcanzó para que él la produjera y a otra, y a las demás les rebajó el costo; pero eso sí, les doy mi respaldo, hasta cuando se han casado he fungido de padrino de bodas o de otras cosas.

Uno de los periodistas que formaban parte de esa mesa y que antes recibía “ventajas” del gobierno pasado, terció para decir que se le habían caído muchas suscripciones de gobierno y reportajes a funcionarios, por lo que eso le complicaba mantener su portal y su transmisión en red de su noticiario, por más que insistía en el poder de penetración que tenían sus medios.

Pero fue contravenido por otro de la mesa: mira, la verdad es que ya ni te da para “impulsar” a tus periodistas, que siempre son muy “inteligentes” y se les ve en la cara y lo demás.

Bueno, lo que queda claro, volvieron a coincidir, es que este gobierno no es malo, es malísimo, está llevando al desastre al país, no nos dejan expresarnos, no permiten la inversión, hay que hacerlo entender a la gente que se traga todo, que debe darnos una nueva oportunidad, eso es democracia.

Tú en tus clases, en tus conferencias, en tus opiniones en medios; nosotros en los grupos políticos y de foco que tenemos, todos hay que hacer algo, hay que sacarlos.

Como siempre, esos clientes no tomaban en cuenta a los meseros que circulaban a su alrededor, estaban acostumbrados a ignorarlos, pero varios de ellos los reconocía da antes, cuando eran super mamo.., todos poderosos con su sequito, en sus “pachangas”.

Pero también sabían que varios de ellos se iban a formar en las filas para tramitar los recursos de apoyo social que el gobierno otorgaba a las personas de cierta edad o condición, y ahí se encontraban.

Mientras más tienen, más quieren, y cuando no tienen, quieren tener. Solo buscan su utilidad.

RYE

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