El PRI: Ave Fénix en Morelia
Las señales de un renacer profundo y duradero del priismo en Morelia son inequívocas. En tiempos donde muchos daban por descontada la presencia competitiva del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la política municipal de Michoacán y de Morelia en particular, los datos más recientes nos entregan una grata sorpresa: la candidatura priista a la presidencia municipal logró un crecimiento sostenido y notable durante el proceso electoral de 2024, el cual se vio reflejado en las urnas.
La fotografía de marzo, tomada por la casa encuestadora INDES, arrojaba un modesto 6.90 % en intención de voto, la cual fue levantada cuando el PRI no contaba aún con candidato. Era, en aquel momento, una cifra que para algunos representaba un techo y para otros, un piso endeble. Sin embargo, para quienes conocemos la resiliencia de nuestras estructuras, la disciplina militante y el potencial de nuestras redes, era claro que quedaba mucho partido por jugar.
El escenario era propicio para quienes le apostaban al conformismo de una alianza, para ganar a costa de socavar nuestra identidad partidista. Los resultados refrendarían que la decisión tomada fue la correcta.
Dos meses después, en mayo, ya contando con candidato, nuevamente INDES documentó un salto significativo: ya era un 12 % de intención de voto. Este aumento de más de cinco puntos porcentuales no se dio por accidente.
Fue producto del contacto directo con la gente, de la recuperación del discurso cercano y del reposicionamiento de nuestra marca política en los barrios, colonias, tenencias y comunidades de Morelia.
Mientras otros partidos se entretenían en disputas internas o se confiaban, nosotros salimos a tocar puertas, a escuchar, a proponer y a refrendar nuestra conocida vocación de servicio, la cual se redobló con la potencia e historia de nuestro candidato en Morelia, René Valencia Reyes, quien es el líder de Revolución Social, una organización social que no necesita presentación.
Pero lo mejor estaba por venir. En junio, el Instituto Electoral de Michoacán (IEM) confirmó en las urnas lo que se sabía en la calle: 14.10 % de los votos fueron para la candidatura priista, lo cual fue una declaración de vida política, una demostración de que el PRI en Morelia está en reconstrucción con resultados.
Este crecimiento, del 6.90 % en marzo al 14.10 % en junio, representa un incremento de más del 104 %. Es decir, duplicamos nuestro respaldo ciudadano en apenas tres meses. No es poca cosa en un contexto donde la narrativa dominante insiste en que el PRI vive sus últimos capítulos. Demostramos que la fuerza priista sigue presente, con capacidad de reacción y con un electorado que, cuando se le convence, responde.
Es importante recordar la historia del desastre que causaron en Michoacán personajes de triste memoria, como Enrique Ochoa Reza y Alfredo Castillo Cervantes, por lo que ahora estamos en proceso de reconstrucción, comenzando desde la capital con un partido político renovado, sin tribus y en donde solo existe un equipo: el del PRI de los priistas.
Antes de estos personajes, el PRI gobernó mucho tiempo Morelia, hasta que, después de 1988, llegó la alternancia. La última ocasión que gobernó el tricolor Morelia, en el periodo 2012-2015, lo hizo ganando con 133 mil 950 votos en elección extraordinaria, después de una decisión tribunalicia de anular un proceso ganador.
A pesar de que se contaba con el respaldo presidencial, se perdieron las elecciones de 2015, con apenas 54 mil 565 votos exclusivos para el PRI y de 2018, con 55 mil 981 votos-PRI.
La explicación de este par de resultados estriba en la arrogancia, soberbia y ambición del entonces presidente del PRI nacional, Enrique Ochoa Reza, quien ignoró y persiguió a los principales activos políticos con los que contábamos en la entidad, orillándolos a salir, hecho que prácticamente demolió al priismo estatal de aquel entonces.
Muy particularmente, su encono y persecución se dirigió contra Fausto Vallejo y Figueroa, quien a pesar de su trayectoria prácticamente fue corrido del PRI, junto con toda su estructura. Por si fuera poco, la estela de fechorías del virrey Castillo contaminó aún más el escenario político local.
Su efecto fue más notorio en 2015, donde, a pesar de que la Presidencia de México, la gubernatura y la presidencia municipal eran gobernadas por el PRI, aun así se obtuvo ese resultado. Las derrotas se cocinaron desde las más altas esferas hace una década atrás. Paralelamente, muchas vacas sagradas, convenencieros y supuestos indispensables se fueron trasegando a otros partidos.
La elección de 2021 para el PRI se truncó a balazos cuatro semanas antes de la elección, cuando se atentó a balazos en contra de un servidor, entonces candidato a la presidencia municipal. Aun así, obtuvimos 64 mil 501 votantes, que representaron el 22 % de la votación. Esto significó subir 8 mil 520 votos al resultado del 2018, con todo y que hacía 3 años que el PRI ya no tenía el poder federal, estatal ni municipal.
El caso de 2024 hay que recordar que fue a finales de marzo, después de la encuesta comentada, cuando se determinó de último momento que René Valencia Reyes sería el candidato a la presidencia municipal, lo cual redobla la valía del resultado obtenido, ya que no contaba con un equipo de campaña estructurado, ni un trabajo partidista previo, mientras que el ganador de la elección llevaba varios años cobrando del erario y haciendo proselitismo con recursos públicos. Su trabajo en el activismo social fue su tarjeta de presentación ciudadana; por lo que, con trabajo político redoblado, logró obtener un porcentaje de votos muy superior al que nacionalmente logró el tricolor.
El contexto nacional brinda más detalles al paisaje: en 2024, en la elección presidencial, el PRI obtuvo el 9.5 % de los votos a nivel nacional, mientras que hoy ocupa 35 curules de 500 en el Congreso Federal, apenas el 7.5 % en total. Mientras que, en Morelia se obtuvo el 14.1 % de la votación. Mucho más que la tendencia nacional, seis años después de que el PRI dejó la Presidencia de México y nueve sin gobernar Michoacán ni Morelia. Por ello cobra más importancia lo logrado y tiene basamento la afirmación de que estamos resurgiendo cual ave fénix en Morelia.
La explicación está en la esencia de nuestra identidad. Somos un partido que conoce la administración pública, que ha formado cuadros con experiencia y que sabe cómo transformar proyectos en realidades, al grado de construir las bases de nuestra soberanía, de nuestra democracia y de nuestras instituciones nacionales.
El PRI, incluso en sus momentos más difíciles, conserva un voto duro que se mantiene firme, pero además puede reconquistar a votantes que alguna vez se alejaron, así como convencer al electorado más escéptico de que somos la única opción real de oposición constructiva en la nación, en el estado y en el municipio. Lo que atestiguamos en Morelia en 2024 es un caso de reconexión política y emocional con sectores que estaban huérfanos de liderazgo confiable y de manifestación del refrendo del capital político confiable que representa el tricolor.
Los retos son consolidar esta tendencia, mantener la presencia territorial y fortalecer la identidad priista en las nuevas generaciones. Porque si algo nos enseñó el 2024 es que cuando el PRI se toma en serio la calle, el barrio y la comunidad, los resultados llegan.
Morelia ha sido testigo de un repunte que es también un mensaje al resto del país: el priismo, cuando se organiza, cuando se reconcilia con sus principios y se abre a la ciudadanía, es capaz de renacer. Y en un escenario político cada vez más fragmentado, ese renacer puede convertirse en la llave de la victoria futura.
Hoy, los datos de tendencia manifiesta al alza nos respaldan, la historia nos inspira y la militancia nos empuja. Que esta inercia no se detenga: es momento de recuperar, juntos, el lugar que el PRI merece en la vida pública de Morelia.
Y este fénix tricolor alcanzará a toda la geografía michoacana. Hubo municipios como Tangancícuaro, Queréndaro y Purépero en donde se incrementó sustancialmente la votación. En el primer caso, en 2021 se obtuvieron 852 votos, mientras que en 2024 se quintuplicaron, al lograrse 4 mil 376 sufragios; en el segundo, en el 2021 fueron apenas 212 votos para el PRI, pero para 2024 subieron a mil 830; mientras que, en el tercer caso, en 2021 se obtuvieron 732 votos, que subieron a mil 867. Con esto y muchos casos más, podemos afirmar que, de cara al proceso electoral de 2027, es importante decir que contamos con condiciones para que el resurgimiento del PRI sea una gran realidad, para beneficio de los ciudadanos.
¡Ya viene la revolución institucional!
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El autor es abogado, activista social, defensor de derechos humanos de víctimas, diputado local y presidente del PRI en Michoacán.
rmr