
Michoacán es un referente en la historia de México, sobre todo, por el trabajo de mujeres y hombres que han colaborado en la construcción del Estado mexicano contemporáneo. En este periplo nuestra entidad es una de las precursoras de la seguridad social, gracias al trabajo realizado por Vasco de Quiroga, quien promovió la edificación de escuelas y hospitales para educar, dar atención a los enfermos y brindar refugio a la población indígena.
La concepción de pueblos-hospitales de Tata Vasco no es cosa menor, pues bien podría representar uno de los antecedentes históricos de la seguridad social que concibió el presidente Lázaro Cárdenas y que materializó con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) el presidente Manuel Ávila Camacho el 19 de enero de 1943, para “garantizar el derecho humano a la salud, la asistencia médica, la protección de los medios de subsistencia y los servicios sociales necesarios para el bienestar individual y colectivo”.
El seguro social, como popularmente se conoce, primero ofreció servicios en las urbes donde se concentraba la producción del país, pero en la década de los setenta amplió la atención médica a la población abierta de zonas rurales de alta marginación. Hoy, con ocho décadas de vida, el IMSS se ha convertido en la institución de seguridad social más grande de América Latina y se ha consolidado como un referente en la atención médica. La tarea titánica de hombres y mujeres ha quedado plasmada en clínicas y hospitales que todos los días brindan atención médica a millones de mexicanos.
Para ponerlo en perspectiva, la institución cuida la salud de más de 84 millones de mexicanas y mexicanos (86% a través de su régimen ordinario y 14% por medio del IMSS-Bienestar); en 2021 brindó más de 418 mil consultas médicas en un día típico (40 mil por urgencias), tuvo alrededor de 5,400 egresos hospitalarios y realizó casi 3 mil intervenciones quirúrgicas y más de 715 mil análisis clínicos en todo el territorio nacional, según el informe que envió la institución al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión en 2022.
El año pasado el programa IMSS-Bienestar se transformó en un órgano descentralizado y sumó una tarea más: contribuir a transformar el sistema de salud en México y llevar servicios de salud a las personas que no cuentan con ningún régimen de seguridad social en el país.
Para Michoacán es una buena noticia porque somos la quinta entidad con mayor población registrada en el IMSS-Bienestar y la nueva estrategia de salud permitirá que más personas que viven en condiciones de pobreza y vulnerabilidad tengan acceso a consultas médicas y a tratamientos de enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes o el cáncer.
En el mismo sentido, la llegada de las oficinas administrativas del IMSS a Morelia representa una oportunidad invaluable. Si bien no es una tarea fácil por la dimensión de su infraestructura y el tamaño de su personal, será un proceso gradual que permitirá mayor desarrollo para la capital del estado. Basta mencionar que el gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla estima que con la mudanza del seguro social se generarán alrededor de 50 mil empleos y una derrama económica de más de 19 millones de pesos en la capital de la entidad.
El reto es mayúsculo, si tomamos como referencia la descentralización del INEGI en 1986, la cual duró alrededor de cuatro años para terminar de consumarse y requirió la coordinación estrecha de las autoridades federales, estatales y municipales del estado de Aguascalientes.
De consumarse la descentralización y llevar a buen puerto el nuevo proyecto del IMSSBienestar, el Instituto Mexicano del Seguro Social hará historia en Michoacán, en la tierra donde hace cuatro siglos Vaso de Quiroga fue precursor de la seguridad social. En hora buena por el IMSS y felicidades por sus 80 años al servicio de la salud de las mexicanas y los mexicanos.