El color del II Informe; Sheinbaum y los arribistas

El color del II Informe; Sheinbaum y los arribistas

Gobernabilidad y orden financiero fueron dos ejes del II informe de Alfredo Ramírez Bedolla. Fue mensaje implícito: enviado y con acuse de recibido por los actores políticos.

Debe haber críticas al actual gobierno, se entiende, es la función de la oposición y se acrecentará con el proceso electoral, pero el informe del Ejecutivo fue sobrio y con temas específicos de crecimiento y avance como en obra pública, salud, medio ambiente, entre otros.

Amén de la solemnidad de las sesiones al diputado panista David Cortés le salió el tiro por la culata.

Habló en su discurso que ya es tiempo que México sea gobernado por una mujer: “Claudia, Claudia”, corearon en el salón de plenos, ante el hermano del dirigente nacional del albiazul, que intentó elevar el tono de voz.

La mofa ya estaba hecha; Gerardo Fernández Noroña, ahí presente tuiteó de inmediato; detrás de David, a la perredista Fanny Arreola se le veían una carcajada con lengua de fuera incluida.

Juan Carlos Barragán, diputado moreliano, llamó traidor al alcalde por atacar a cuerpos de seguridad. Los posicionamientos de los Grupos Parlamentarios fueron de trámite, aún se nota que el Ejecutivo controla a la mayoría de los legisladores.

Legisladores que antes daban las órdenes en el Congreso, como Adriana Hernández del PRI, o el descafeinado perredista Víctor Manuel Manríquez, ahora de MC, desaparecieron en el Informe.

Con Sheinbaum, gran parte de “chambistas”

El domingo, Claudia Sheinbaum comenzó en Morelia su gira nacional como coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación y unió a la plana mayor y militancia del morenismo, PVEM, PT y estructura gubernamental.

Fue una importante demostración de poder político en la visita de Sheinbaum y de la fuerza de Ramírez Bedolla en esos tres partidos.

Pero también se notó una alta afluencia de “chambistas”. Sí, y de vividores del erario: algunos tienen 30 o 40 años y quieren seguir.

Se vio a personajes como Ascensión Orihuela, Paty Mora de Vallejo… los morenistas participaron sí, pero de lejecitos; pocos en el templete.

Boca amarga al escuchar un discurso de “transformación” y ver a Cristóbal Arias, a Antonio Soto aplaudir a la 4T, a la panista alcaldesa de Ario, Irma Moreno; del PES y lideresa Provida, Tzitziqui Peña (alcaldesa de Penjamillo); Ivania Robledo (regidora del PRI en Tzintzuntzan), a los camaleónicos empresarios que llevan años recibiendo dinero del erario.

Disfrazados (o extraviados) ideológicamente para ahora colarse con Sheinbaum, se vio a liderazgos oxidados, algunos llegaron del sarcófago político al evento.

Sí, claro: muchísimos simpatizantes del movimiento (PT, PVEM, Morena y sociedad civil), gente de valía como la líder de mujeres sordas Yareli Pérez, la artesana María Reyes, el artista Agustín Gaspar, indígenas de Cherán y Crescencio Morales. Bien. Además, un músculo importante cuatroteísta, pero también los chambistas y quienes piensan que a golpe de selfis ganarán una candidatura o un empleo. 

El cabildeo para el evento, el sábado, duró más de seis horas solamente para definir quiénes iban a estar en el presídium; ya el domingo, en un área de invitados especiales, un grupo en particular que controlaba ese acceso intentó que no ingresara, por ejemplo, Fabiola Alanís.

Antes en el Consejo Político, los forcejeos por acceder estuvieron a la orden. Bloqueaban el acceso a prácticamente todos, pero cuando pasó Noroña, ahí se colaron varios morenistas (que tiene seis consejeros de los 120 que integran el órgano partidista), incluso hay acusaciones de que clonaron gafetes de acceso y que el propio diputado Roberto Cosari dio portazo acompañado de “porros” rompiendo una puerta de Ceconexpo. Nada nuevo bajo el sol. Cada quien actúa con lo que tiene y con lo que es.

Es solo el preludio de la batalla interna hacia el 24.

rmr

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